Cada viernes, al caer la tarde, se hace evidente la “congregacion” más fiel de la UTP, donde al igual que otras, sus fieles llegan buscando una escapatoria o un olvido temporal que permita el aplazamiento efectivo a sus problemas, en su caso academicos. La diferencia con los demas cleros radica en la poca consideracion de los seguidores con sus pastores a la hora de dar su aporte voluntario, diezmo o mochilazo para que su iglesia pueda tener continuidad o minimamente sobrevivir.
Se reunen a rendir culto a la tradicion oral, aquello que inaguro su templo, y que hace un lustro retomo actividades narrativas para nombrarlo desde poco mas de dos años como El tortazo. El nombre es confuso y se entiende para ejecutar otras acciones diferentes a su fin como el de recibir ir un pastel en el rostro o de simplemente ingerirlo. Lo cierto es que hace referencia a la estructura arquitectonica de su templo La media torta.