Travesías sensibles. Hacia una psicogeografía del campus universitario
Una travesía es un viaje, por tierra, por mar o por aire, a través de una región; es también el viento que da por los lados. Es, sobre todo, una aventura arriesgada, en la que el viajero se expone a situaciones imprevistas y a tareas azarosas. Un significado profundo del que nos valemos hoy para nombrar el acontecimiento sensible con el que cerramos la primera etapa de la Estrategia de Resignificación del Campus de la UTP: un proceso que se propuso desentrañar lo que el campus universitario significa para quienes lo habitan, a partir de una serie de experiencias y acciones que tuvieron lugar durante 2022: círculos donde nos sentamos a escucharnos, laboratorios de creación de postales sonoras en sitios específicos de la UTP, acciones vivas y performance colectivos.
Todo esto levanta un mapa del campus, una cartografía psicogeográfica construida colaborativamente. La travesía es sensible, lo siente todo, se emociona, conserva y produce huellas. No se trata, entonces, de ejercicios pensados para delimitar zonas de propiedad a través de acciones grandilocuentes —“esto es mío”, “yo lo conquisté con mi lucha”—, sino de tejidos de sentidos y sentires; de retazos empatados de voces, experiencias, memorias, que dicen “aquí aprendí”, “nos enamoramos”, “de repente la música nos hizo bailar juntos, aunque no nos conocíamos”, “este es el lugar en el que más feliz he sido”, “la U es más que mi casa”… voces que evocan una universidad que, pese a lo difícil de la vida y la crueldad del mundo, promete un porvenir y, por eso, preserva saberes y espacios públicos en los que se abraza la utopía de una generación joven: construiremos juntos mundos mejores, nuestras alegrías colectivas tejerán colchas coloridas para calentarnos en días fríos.
Hoy nos invitamos para disponer la escucha y la mirada, para percibir lo sonidos, para captar el gesto provocador de las imágenes, las acciones, las señas y señales de una comunidad de viandantes que vive el presente con urgencia, sin la ilusión que promete la duración. Invitamos a la consideración de todas las especies que habitamos este espacio, soñando formas acogedoras de estar juntas, inspiradas en este ecosistema que nos recibe con todo y la extrañeza cuántica de nuestras singularidades.
Recorremos libertades imaginadas para encontrar señales de universos perdidos que se niegan a desaparecer, pedaleando utopías. Somos una sumatoria de especies transitando espacios plurales y diversos; aquí y allá nos esforzamos por permanecer; conjeturamos constelaciones expansivas, habitamos a través de la invención, construyendo “territorios” inusitados. Somos acertijo: hojas tengo sin ser árbol, hilo que se enrolla, a manera de círculo, de agujero, de punto; punto que es pasado como las estrellas, presente en el reloj, futuro de semilla que crece entre hierbas que escuchan al cie lo.
Este campus revela las transformaciones del hilo enrollado que une nuestras geo-psico-grafías, que nos deja por destino un despojo de juegos rebeldes y sueños aplazados. Adivinamos caminos en esqueletos de bosques nativos, preguntamos a Carl Gauss el secreto revelado de las matemáticas en las profundidades del brillante esplendor que colorea zonas de luz en nuestras memorias; tecnologías de transmisión buscando destinatarios con cariño. Siempre vamos llenos de preguntas.