Pensando pensamientos quiere invitarlos a una reflexión sobre los buenos hábitos alimentarios.

Las empresas y las entidades organizan muchos eventos y en ellos siempre hay un espacio para el refrigerio. Los invitamos a que se miren y miren a sus compañeros: ¿Cuántos son gordos?, ¿Cuántos son obesos?, ¿Cuántos tienen sobre peso?… Muchos ¿no?

Ahora; ¿Cuántos son desnutridos o hambrientos?, seguramente ninguno; muy pocos habrá flacos. Entonces, ¿Por qué dar alimentos ricos en calorías entre las comidas?

¿Por qué no dejamos de dar refrigerios en las entidades y en las empresas en estos eventos?, alimentos que solo contribuyen al aumento de peso; peso que cuesta dinero, sacrificios y salud, volver a rebajar.

Cuando la gran pandemia del siglo XXI es la obesidad, no es lógico que se le haga el juego a las compañías productoras de alimentos que le están imponiendo a los humanos la costumbre de estar comiendo todo el día.

¿Por qué no dejamos esos espacios de descanso entre los eventos solo para tomar café?, así aumentaremos el consumo interno. Y si tomamos agua, mejoramos la salud. ¿O… por qué no dejamos ese tiempo para compartir con nuestros compañeros?, con esto, mejoramos la eficiencia.

Si pensamos solo un poco miremos que necesidad tenemos de comernos un pastel y una gaseosa en la mitad de la mañana y en la tarde. No estamos hambrientos, menos desnutridos, entonces por qué comer algo, que al final de cuentas termina costándonos muchos sacrificios, tratando de rebajar peso. Por qué comer sin tener hambre. Por qué hacer le el juego a otros que les interesa vender cosas para adelgazar.

Si se quiere dar refrigerios, porque no damos agua y frutas, que en nuestro país son tan variadas y baratas.

A reflexionar y actuar es la invitación de pensando pensamientos.