Pensando pensamientos quiere invitarlos a reflexionar sobre los buenos hábitos.

Hay dos que son muy fáciles de aplicar:

El primero, lavarnos las manos.

La mayoría de la gente almuerza en las oficinas, por fuera de sus casas o en los restaurantes con los compañeros de trabajo. ¿Cuántos de los que vamos a almorzar por fuera de la casa, llegamos al restaurante y nos lavamos las manos? muy pocos, ¿No?

Ahora me pregunto, ¿Cuántos restaurantes tienen visible, avisos que inviten al lavado de manos para que uno llegue y sea lo primero que haga en el restaurante?

¿Cuántas familias antes de sentarse a tomar alimentos se lavan las manos? ¿Acaso no somos conscientes que por limpio que sea el trabajo, las manos tienen contacto con cosas constante y continuamente?

Lavarse las manos es ayudar a que los alimentos se aprovechen bien, al evitar infecciones y enfermedades que no permiten la buena absorción de estos. ¿Si gastamos tanto dinero en comprar los alimentos, por qué no le dedicamos tiempo al aseo para que la plática rinda más?

El segundo hábito es tomar agua.

¿Por qué no nos acostumbramos a tomar seis u ocho vasos de agua que es lo que recomiendan los expertos? El agua no solamente nos ayuda con la comida porque nos da sensación de saciedad, sensación de llenura, sino que, además, nos hidrata y ayuda al balance de electrolitos del cuerpo que es tan importante. Y, como si fuera poco, el agua ayuda a eliminar todas esas toxinas que el cuerpo tiene que descartar.

Tomar agua se debe volver un hábito que habite en nuestras costumbres del día a día. Es un problema de hábitos y los hábitos se adquieren con la repetición continua de las acciones, seguro que se durante un mes tomamos un vaso agua al levantarnos, al desayunar, a la  media mañana, al almuerzo, en la tarde , en la comida y antes de acostarnos, de seguro que al final de ese mes será un habito nuestro.

Decídete, inténtalo es solo un mes y los beneficios son para el resto de la vida.

Pensando pensamientos los invita a reflexionar y actuar.