Diferencias entre una rehabilitación y una restauración de obras

Uno de los errores más comunes en el mundo de la arquitectura es pensar que una rehabilitación de obras es lo mismo que una restauración de un inmueble, por lo que en muchas oportunidades encontraremos que ambos términos están mal empleados. Como nuestro deber es informar a las personas, el día de hoy te traemos este increíble artículo donde te explicaremos las diferencias entre cada palabra, para que así las utilices de manera acorde.

Una rehabilitación es muy diferente a una restauración

Para poder establecer las diferencias entre ambas tareas, será necesario conocer la definición de cada una. Cuando hablamos de una rehabilitación, tal cual su morfología nos indica, nos referimos a la acción de volver a habilitar un inmueble, es decir, mejorar las características de una edificación sin necesidad de construir una nueva. También se considera como una manera de transformar el espacio de acuerdo a las necesidades, requerimientos y gustos del habitante pero sin alterar su arquitectura o valor histórico. En su mayoría, se tratan de reparaciones y mejoras.

En cambio, una restauración implica mucho más trabajo y una mayor inversión de tiempo para poder cumplir su objetivo, puesto que se trata del restablecimiento de una edificación. Casi siempre sucede con edificaciones viejas y dañadas, las cuales se busca optimizar y mejorar. Se trata de recrear la vivienda tal cual estaba anteriormente, con materiales nuevos y cimentaciones mucho más sólidos. Asimismo, mantiene fachadas e interiores, además de conservar su arquitectura original.

Ahora bien, ya que tenemos clara la definición de ambas, podemos conocer sus diferencias más notables. La primera se basa en los tipos de construcciones en los que se realizan, ya que la rehabilitación está destinada para viviendas que deseen mejorar su funcionalidad y la restauración se enfoca en las edificaciones patrimoniales, buscando conservar un bien histórico que se enfoca en la durabilidad. También toman en cuenta el presupuesto, donde se cumple a cabalidad en la restauración mientras que en la rehabilitación es considerado un aspecto secundario.

Seguimos con las causas, una de los principales aspectos por los que se lleva a cabo una modificación estructural. Las causas más comunes por las que se lleva a cabo una rehabilitación es por exceso de humedad, averías, modernización, cambios de estilo, entre otros. En el caso de la restauración, tenemos el recuperar el aspecto original de la edificación, adaptarlo a nuevos utilidades, en síntesis, conseguir que el espacio sea casi idéntico al momento de sus construcción.

Por otra parte tenemos el momento en el que se realiza los trabajos, ya que dependiendo de los años que tenga la vivienda, se considerara restauración o rehabilitación. Esto se debe a que las edificaciones jóvenes, menores de 35 años, no van a necesitar que sus estructuras sean modificadas ya que cuentan con mucho vida útil, por lo que solo se pueden realizar rehabilitaciones a sus espacios internos. En cambio, las edificaciones antiguas, mayores de 65 años, necesitarán trabajos de todo tipo para extender su vida útil, es decir, una restauración.

Para finalizar, tenemos los diferentes elementos que se toman en cuenta a la hora de llevar a cabo la construcción. Por ejemplo, en la restauración  se debe conocer acerca de los tipos de edificaciones y las diferentes técnicas que existen para las construcciones históricas. No obstante, en ambas se tendrá en cuenta el tipo de material a utilizar, el entorno, las características físicas y químicas, la distribución, entre otros.

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