Un estudio reciente del Instituto Nacional de Estadística revela que aproximadamente el 25 % de los jóvenes menores de 25 años tarda más de un año en conseguir su primer empleo. Sin embargo, es importante saber cómo mantenerlo, domiciliar tu nómina y, en definitiva, comenzar la carrera profesional con el pie derecho.

Una vez que conseguimos nuestro primer empleo, nos enfrentamos a una nueva etapa llena de desafíos y oportunidades. Más allá de la alegría inicial de calcular tu sueldo y la expectativa de gastarlo, surge la incertidumbre sobre cómo desenvolvernos y comportarnos en nuestro nuevo entorno laboral.

Es posible reducir la ansiedad planificando nuestro desembarco en la empresa de manera similar a como nos preparamos para una entrevista laboral. El éxito en cada experiencia laboral no solo depende de nuestros conocimientos y habilidades, sino también de cómo nos preparamos para asumir con éxito las responsabilidades inherentes al puesto que vamos a desempeñar.

Justamente por eso, las siguientes claves nos ayudarán a comenzar con el pie derecho y sacar el mayor provecho de esta experiencia de crecimiento y aprendizaje en nuestro desarrollo profesional.

1. Elegir una cuenta bancaria adecuada para nuestra nómina

Al recibir nuestro salario, la elección de la cuenta bancaria adecuada puede marcar una diferencia significativa en nuestras finanzas personales. No se trata solo de depositar el dinero en cualquier banco, sino de seleccionar una cuenta que se adapte a nuestras necesidades y nos ofrezca beneficios por domiciliar nuestra nómina.

Este es el caso de las cuentas nómina: estas suelen ofrecer condiciones especiales, como la exención de comisiones por mantenimiento, tarjetas de débito o crédito gratuitas, seguros asociados, entre otros.

2. Calcular el sueldo neto

Entender la diferencia entre el sueldo bruto y el sueldo neto es fundamental para nuestro crecimiento profesional. El sueldo bruto representa el total que vamos a cobrar, mientras que el sueldo neto es la cantidad final que recibimos después de las deducciones de los impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social.

Para calcularlo, podemos consultar dichas deducciones en nuestra nómina mensual. Utilizar una calculadora de sueldo puede ser útil para obtener este cálculo de manera rápida y sencilla.

3. Analizar el entorno laboral

Al integrarnos en un entorno laboral, familiarizarnos con las dinámicas y valores de la empresa puede hacer una gran diferencia. Esto implica no solo comprender las tareas y responsabilidades específicas del puesto, sino también entender la misión, visión y valores de la empresa.

Conocer la cultura empresarial nos ayuda a integrarnos más fácilmente en el equipo y a alinear nuestras acciones con los objetivos organizacionales. Podemos obtener esta información explorando las redes sociales de la empresa, su sitio web corporativo, o incluso hablando con colegas o superiores que ya trabajen en la organización.

4. Participar activamente

Durante el período inicial en un nuevo trabajo, es esencial adoptar una actitud proactiva. Esto implica mostrar curiosidad, iniciativa y disposición para aprender y contribuir al equipo desde el primer día.

Por eso, debemos hacer preguntas pertinentes, participar activamente en reuniones y llegar puntualmente para demostrar nuestro compromiso con el trabajo y nuestra disposición para asumir nuevas responsabilidades.

5. Diseñar una primera presentación de antemano

En un nuevo entorno laboral, nos enfrentaremos a preguntas sobre nuestra vida, intereses y expectativas por parte de nuestros compañeros de trabajo.

En este sentido, preparar una presentación personal breve y auténtica nos permite responder de manera clara y concisa, mostrando quiénes somos y qué valor podemos aportar al equipo. Es importante ser honestos y genuinos en nuestras respuestas, ya que la autenticidad es clave para establecer relaciones sólidas y duraderas en el trabajo.

6. Contribuir al entorno laboral

El bienestar es algo que se valora mucho en un entorno laboral. Mantener un ambiente laboral armonioso y positivo contribuye no solo a nuestro bienestar emocional, sino también al éxito general de la empresa.

Debemos mostrar una actitud positiva, colaborar con los compañeros, resolver problemas de manera proactiva y priorizar la comunicación efectiva. Estas acciones promueven un ambiente de trabajo saludable y productivo que contribuye a nuestro bienestar, el de nuestros colegas y a la prosperidad de toda la organización.

7. Prestar atención a la presencia personal

Nuestra presencia personal, tanto en términos de apariencia física como de comportamiento, juega un papel importante en cómo nos perciben en el entorno laboral. Es relevante cumplir con los códigos de vestimenta de la empresa y proyectar una imagen profesional en todo momento.

Además, debemos prestar atención a nuestro lenguaje corporal, y mostrar confianza y respeto en nuestras interacciones con colegas y superiores. Escuchar activamente, mostrar empatía y ser conscientes de nuestras expresiones faciales y gestos contribuyen a establecer relaciones positivas y efectivas en el trabajo.

8. Escuchar activamente

Al iniciar un nuevo trabajo, es esencial priorizar la escucha sobre la expresión de opiniones. Al prestar atención a nuestros compañeros y superiores, podemos obtener conocimientos valiosos sobre sus perspectivas, objetivos y el ambiente laboral en general. Esta práctica nos permite comprender mejor el contexto organizacional y nos brinda una base sólida para contribuir con ideas y propuestas de manera más informada.

9. Aprender de todas las fuentes informales

Mantener una comunicación abierta con nuestros colegas, especialmente aquellos con más experiencia en la empresa, nos proporciona una oportunidad invaluable para adquirir conocimientos adicionales sobre la compañía, su funcionamiento interno, los procesos de toma de decisiones y las mejores prácticas en el desempeño del puesto.

Este intercambio nos permite incorporar información que no siempre se encuentra en los manuales o capacitaciones formales.

10. Cumplir con los plazos establecidos

Es fundamental respetar los plazos y horarios asignados para cada tarea o actividad. La puntualidad y la capacidad para completar nuestras responsabilidades dentro del tiempo estipulado son aspectos que demuestran profesionalismo y contribuyen al funcionamiento eficiente del equipo y la empresa en su conjunto.

Además, mantener un historial operativo eficaz nos libera y habilita para participar activamente sin miedo ni inseguridad dentro de la organización.

11. Comunicar con claridad y precisión

Finalmente, la forma en que nos comunicamos, ya sea de manera oral o escrita, juega un papel crucial en nuestra imagen como profesionales.

Es importante trabajar en la habilidad de estructurar y expresar nuestras ideas de manera clara y ordenada. La capacidad para comunicarnos de manera concisa y efectiva no solo impacta en cómo nos perciben nuestros colegas, sino que también permite transmitir un grado de seriedad y liderazgo que puede ayudarnos a crecer a futuro en la organización.