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Categoría: alimentacion

Conoce las diferencias entre el jamón ibérico y un jamón serrano

El jamón ibérico es una parte importante de nuestra alimentación y gastronomía española, pero hay otros tipos de jamón están presentes en nuestro día a día y que a veces pueden confundirse con el jamón ibérico.

Las diferencias que hay entre jamón 100% ibérico y una paleta y como elegir entre ellos

En el primer vistazo, el jamón ibérico y el jamón serrano para los no entendidos pueden parecerse algo. Una vez que los catas, te das cuenta de que son productos que son muy diferentes. El productor de jamón ibérico Faustino Prieto, que lleva más de 60 años en la producción de jamones ibéricos, dice que el jamón ibérico hasta hace muy poco, era el gran desconocido. Hay gente que confunde el jamón ibérico con el serrano porque se parecen y no hemos aprendido a diferenciarlos, pero cuando los probamos nos damos cuenta de que no hay comparación’, dicen. El problema es que no podemos probar los productos cuando los compramos, así que vamos a ver las diferencias entre ambos.

La diferencia entre el jamón serrano y el jamón ibérico

El jamón serrano es de un cerdo blanco que se cría para la ocasión. Este tipo de cerdo lo hay en más países. El jamón ibérico se elabora con cerdos ibéricos, que solo están en la península ibérica, estos cerdos producen unos jamones con unas propiedades únicas que no tiene el jamón serrano.

Como la calidad del jamón ibérico es superior al jamón serrano, es más caro, además que la producción es más limitada. La alimentación en muchos casos es lo que diferencia a la producción de este tipo de jamones entre ellos. El cerdo ibérico se alimenta con comida rica en ácido oleico, mientras que el serrano no, lo que afecta directamente al sabor de la carne.

La producción del jamón ibérico es mucho más manual y se realiza en secaderos naturales, mientras que el jamón serrano suele secarse en secaderos artificiales.

Varias diferencias mas a tener en cuenta

El color de la carne también lo distingue: la carne del jamón serrano tiene un color rojo pálido, más bien rosado, mientras que el jamón ibérico tiene un color rojo más intenso y cuanto más ibérico, es decir, más del 75% de ibérico, más rojo es el color del jamón.

La pezuña del jamón serrano es blanca, mientras que la del ibérico es negra, una de las características ideales de la raza ibérica.

La cría del cerdo blanco es en granjas para su engorde, con un espacio muy limitado. El cerdo ibérico en su gran mayoría se cría en dehesas o granjas con unas condiciones más favorables, para que los jamones sean de más calidad.

Los jamones serranos deben estar curados durante nueve meses para ser considerados Bodega, 12 meses para ser considerados Reserva y 15 meses para ser considerados Gran Reserva. Los jamones ibéricos, en cambio, deben tener una curación mínima de 24 meses.

El etiquetado del jamón ibérico según el Reglamento de Información al Consumidor ASICI se identifica por el color del precinto del envase, que puede ser negro, verde, rojo o blanco, indicando el origen del cerdo ibérico, su raza y su alimentación.