Pensando pensamientos muy campesinos (15)

En un principio la humanidad se alimentaba de lo que recolectaba y cazaba, luego descubrió el fuego y empezó a cocinar lo que comía. Desde ese entonces hasta hoy, el género humano se dedica a cultivar, cosechar y cocinar sus alimentos.

Los grandes avances de la ciencia han logrado modificar genéticamente animales y vegetales para que sean más productivos y más precoces; incluso, han logrado aplicar genes animales a las plantas para que resistan plagas, enfermedades o climas extremos. Hoy, muchas empresas se han dedicado a sembrar grandes extensiones de cultivos y con sus avances en mercadotecnia han logrado entrar al negocio de la comida.

No obstante, cerca del 20% de la producción de los alimentos que consumimos, lo producen pequeños agricultores que le hacen honor a su nombre, porque le rinden “culto” a la agricultura.

Por eso hoy, queremos rendirles un homenaje, un tributo a todos aquellos campesinos que con su esfuerzo, su dedicación y su amor, permiten que todos los días dispongamos de los alimentos que se sirven en nuestra mesa.

Un homenaje a hombres y mujeres, quienes a pesar de saber que hay actividades más rentables, más fáciles, que no las afecta el sol, la lluvia, las enfermedades y las plagas, continúan permitiendo que las plazas de mercado, las tiendas y los supermercados se surtan de alimentos cultivados, fuente de vida, de salud y de prosperidad.

Por eso hoy invitamos a todos los campesinos a que sigan portando con orgullo el nombre de agricultores y continúen rindiendo culto al agro colombiano.

También invitamos a todos los lectores a saludar a los campesinos con respeto, con admiración y con un profundo agradecimiento, porque gracias a ellos podemos comprar, cocinar y disponer de alimentos todos los días. Gracias, muchas gracias a ellos porque su trabajo, su constancia y su amor nos alimentan.

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