Pensando Pensamientos Resados (48)

Rezar, del latín “recitare” (recitar, orar vocalmente usando oraciones aprobadas por la iglesia). Desde que empezamos el programa de Red de Seguridad Alimentaria “ReSA®”, la gente bromea que si rezamos o no rezamos, haciendo referencia a orar vocalmente.

Para no meternos en honduras filosóficas con las personas (nunca les he preguntado), pero lo que sí tengo claro es que todos: “Resan”; todos forman parte de la Red de Seguridad Alimentaria y Nutricional. Todos, absolutamente todos los que han trabajado y los que trabajan con ReSA®, hoy, son una RED que vive y vibra por lograr la Seguridad Alimentaria y Nutricional Colombiana.

Todos son todos: los funcionarios de ACCIÓN SOCIAL que trabajan con ReSA®, los funcionarios de gobernaciones y alcaldías que han cofinanciado, los ejecutores, los supervisores e, incluso, los usuarios del programa. Todos, absolutamente todos, después de escuchar qué es lo que busca el programa, se vuelven parte de esa inmensa red que en Colombia quiere lograr la Seguridad Alimentaria y Nutricional.

Al hablar de rezar, me llega a la memoria un gran hombre: Shiro Miyasaka, el padre de la agricultura orgánica brasilera, agrónomo japonés-brasilero, y quien escribiera el tratado más importante sobre las bondades de la soya en esta parte del mundo. Shiro, el mismo humilde gran hombre que hace 54 años comparte su vida con Kazuco Sakiara, dietista y nutricionista de la Universidad de Sao Paulo (Brasil). Juntos se han dedicado toda una vida a enseñar y a transmitir su sabiduría, sin esperar más recompensa que el saber que han aportado un granito de arena a hacer de este, un mundo más justo.

Me acuerdo de Shiro cuando hablo de rezar, porque ese pequeño gran hombre, siempre que nos sentamos a comer los alimentos, pide permiso para agradecerle a su Dios el poder tomar los alimentos. Shiro no reza, simplemente construye una bella oración dependiendo de la ocasión: bien agradece por estar en Colombia compartiendo los alimentos, agradece la compañía del señor Ramón, su esposa y su familia, o bien da gracias por el buen día, por la luz del sol, o por cualquier cosa con tal de siempre dar gracias.

Me pregunto, si en un mundo con tanta hambre, con tantos problemas de calentamiento global, de plagas, de enfermedades, nosotros cada vez que tomamos los alimentos, damos gracias por ellos.

Piensa y aprende a agradecer.

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