Pensando Pensamientos Limpios (37)

Medellín gracias mil, Vargas Vil, gracias mil. Pensando pensamientos quiere agradecer al municipio de Medellín, a la Secretaría de Salud porque decidió meterle humor a la educación. Montaron una obra de teatro con Vargas Vil que se llama Cocina y Sazón, y buscan que los 18.000 establecimientos públicos donde se expende comida en Medellín, tengan hábitos de limpieza.

La invitación de Pensando pensamientos se orienta a que nos unamos a esas campañas; que todos los municipios hagan campañas por los buenos hábitos alimentarios, por la comida limpia, eso es nutrición. Invitamos a la empresa privada, al Estado, al gobierno, a los particulares, a todo el mundo para que trabajemos por la nutrición.

 Empecemos por la limpieza. Cocina y comida tienen que ser sinónimos de limpieza, porque nada o poco hacemos si al preparar la comida por no ser estrictos en la limpieza, preparamos platos que contaminados, van a producir intoxicaciones o indisposiciones en nuestros comensales.

La limpieza empieza con la pieza esa, llamada cocina, con hábitos tan simples como mantener limpio el piso de la cocina, limpio los mesones, los fogones y todas aquellas cosas que se relacionan con la pieza esa, que debe rechinar de limpieza.

Limpieza es para los instrumentos, utensilios y demás usados en la preparación de los alimentos. Limpieza es para los productos que empleamos para preparar los alimentos o alguien cree poder echar una yuca con tierra a un sancocho.

Limpieza en la mesa, con los platos, los cubiertos, los manteles y con las flores que deben adornar la mesa. Limpieza a la hora de servir y en la forma de comer.

Tenemos que volver a tener la costumbre de lavarnos las manos antes de sentarnos a la mesa. Las manos se lavan con agua y jabón y desde los codos.

Limpieza en la mente para sentarnos a comer sin pensar en nada distinto, que a disfrutar los alimentos, alejando de la mente todos los problemas que tengamos en ese momento.

Limpieza en el corazón para agradecer a la naturaleza el darnos los alimentos, al agricultor por cultivarlo, al tendero por ofrecérnoslos, a la cocinera por prepararlos y en especial saber agradecer que hoy también podemos comer.

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