Pensando pensamientos a cierta edad (55)

Gabriel Germán Londoño Gutiérrez, un hombre de cierta edad, según su hija María del Mar, siempre inquieto por los temas del sector agropecuario, hacía en vida unas claras cuentas con la producción de pasto.

Una hectárea bien manejada de pasto en pastoreo sostiene dos novillos por hectárea; si hacemos pastoreo con rotación y abonamos los potreros, se pueden sostener cinco novillos por hectárea.

Una hectárea en pasto produce entre 7 y 10 toneladas/hectárea de heno por corte y se hacen 10 cortes de heno al año, es decir, entre 70 y 100 toneladas/año.

Un novillo de 300 kilos se come al día el 10% de su peso vivo, es decir, 30 kilos de pasto, que equivalen a 10 kilos de heno.

Un novillo, por 10 kilos día se consumirán 300 kilos heno/mes, o lo que es lo mismo 3.600 kilos al año (3.6 ton). Y la producción de heno por hectárea está entre 70 y 100 toneladas hectárea/ año. Es decir que con heno yo puedo sostener entre 19.4 y 27.7 novillos/ ha, en lugar de los 2 ó 5 que me sostiene una hectárea en pastoreo.

La explicación que da Gabriel Germán es muy simple y muy lógica. Primero, el animal es más eficiente al comer 10 kilos de heno que 30 kilos de pasto, y segundo, el heno no se desperdicia como el pasto, pues el ganado (que no es tonto) selecciona el más fresco, el más tierno, dejando mucho pasto comestible en el potrero. Y como última razón, no se pierde pasto al orinarlo, al taparlo con heces (o posta), al hundirlo con los cascos y al aplastarlo al acostarse.

La solución está ahí. Sólo les queda a los ganaderos hacer heno y esto resulta muy barato si tenemos sol todo el año; sólo es hacer invernaderos de plástico para secar el pasto, como lo hace Gabriel Germán en Pereira hace muchos años.

Siempre se ha dicho que en Colombia la mayor área de cultivos está dedicada a la ganadería y que esta es manejada extensivamente sin criterios técnicos, con lo que se logra no solo ocupar las mejores tierra de cultivos en pastos ineficientemente, cuando las podemos dedicar a sembrar comida y producir pasto-heno en forma tecnificada en mucha menos áreas. Si sabemos el problema y tenemos la solución es hora de que la apliquemos y dejar de llorar sobre la leche derramada.

¿Qué nos pasa?… No demos pasto, juguemos con las ventajas.

Pensá, reflexiona y actúa.

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