La obesidad, es la cultura del siglo XXI. Hoy todo se permite para que los humanos sean de grandes proporciones, para que tengan sobrepeso.
Permitimos que los fabricantes de comida agreguen cualquier cosa a los alimentos para que sepan bien, y en especial, para evitar la sensación de llenura.
Todo subió, todo aumentó; la talla diez de una mujer de hoy, corresponde a la talla catorce de 1940. Los colchones se reforzaron para resistir más peso, las sillas se hicieron más resistentes, las aerolíneas aumentaron el límite de peso de sus pasajeros y gastan por esta razón US$275 millones más que lo que gastaban en 1990. Lógicamente, los ataúdes se volvieron más grandes, al igual que los hornos crematorios.