Pensando Pensamientos de Café sin Fe (49)

En un Pensando pensamientos anterior, se habló de la fe que tenían las 500.000 familias cafeteras en su gremio, en su asociación y en su federación.

Hoy quiero hablar de esos cientos de miles de pequeños productores del mejor café del mundo, que venden el café a $1.500 la libra y compran café hecho con segundas a $5.000 la libra; venden café excelso a $2.000 libra y compran a $18.000 la libra de café especial.

¿Por qué los campesinos pagan para que otro lo trille, lo tueste, lo empaque, lo liofilice e, incluso, le saque la cafeína?

¿Por qué no trillar en su finca, tostar en el fogón y tomarse el mejor tinto del mundo?

¿Por qué pagan por liofilizarlo, por un empaque de vidrio, una calcomanía metalizada, una tapa rosca, mucha publicidad y, además, transportarlo, cuando lo tienen en su finca?

¿Qué les pasa a nuestros cafeteros, perdieron la fe?, o acaso se volvieron cómodos y prefieren vender sin valor agregado su producto y pagar muchísimo más por lo que no se toman: un frasco, una tapa, una bolsa y mucha publicidad.

¿Será acaso que la publicidad que les hacen, en la que exaltan que producen el mejor café del mundo, les basta y por eso toman pasilla?

Cafeteros… ¿Por qué no le dan valor agregado a su producto?, ¿Por qué no tuestan su propio café?

¿Qué nos pasa… perdimos la fe en lo nuestro?

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