Formar un negocio desde cero con un capital limitado, no es algo imposible

Lo más importante a la hora de empezar un negocio o emprendimiento es escalar por la rama de lo legal, siempre considerando el futuro de tu negocio, proyectándote más allá de lo que puede ser justo ahora, especialmente hoy en día donde la calidad de los servicios y la profesionalidad no son reflejadas por títulos universitarios ni grandes empresas, sino por las propias capacidades de cada profesional independiente, es decir que estamos en una etapa de la historia donde volvemos en el tiempo y cualquiera puede ser lo que desea con las herramientas y el conocimiento adecuados, por lo que estar dentro del margen legal siempre es el principal requerimiento, registro formal de tu empresa u organización y todo lo que pueda ser relevante para que tu negocio tenga plena vigencia legal.

Incluso esto ha hecho que muchos graduados universitarios se encuentren desempleados y terminen encontrando su verdadera vocación fuera de su ámbito de preparación profesional, el problema a la hora de emprender tu propio negocio o proyecto, es saber en qué especializarnos, hoy en día todos se dedican a todo, por lo que muchos se limitan a trabajarle a terceros sin superar sus propias expectativas ni limites, con la falsa creencia dogmática que se les ha impartido, del todo lo que se pueda hacer, ya se ha hecho.

Si estás pensando en montar tu propio negocio, lo esencial es que te dediques a algo en lo que te sientas cómodo, cuando hablamos de profesionales hoy en día, podemos encontrar de todo, incluso negocios especializados únicamente en cambiar tus llantas y nada más que eso por dar un ejemplo simple. Supongamos que sabes dibujar, tienes un ordenador y cierto capital, porque no mejorar tu equipo y hacerte con una tabla de dibujo y probar suerte vendiendo diseños en internet, quizás en principio parezca algo infructuoso, pero te aseguro que con el tiempo llegaran los clientes y socios indicados, sin necesidad de invertir miles en tratar de levantar un negocio en el que no te sientes cómodo.

Si aún no soy lo suficientemente claro, deja te explico, imagina que este negocio anterior se demora un par de años en despegar, ciertamente puede parecer mucho tiempo, pero llegado el momento decides registrar tu empresa, ya tienes tu propia cartera de clientes y un negocio fluido, en el trayecto has conocido personas que se dedican a otros aspectos que se ligan a tu rama y también son independientes, con tu empresa en pie, decides ofrecerles trabajo, estas ahora no solo generando empleo sino también diversificando tu propia empresa, en lugar de dedicarte a un ámbito del cual desconoces todo y claramente aunque parezca rentable en su momento con mucha dificultad podrás hacer despegar más allá. De esta manera no tienes por qué preocuparte por un determinado capital.

La importancia de los seguros como protección para nuestro negocio

Cuando se inicia un trabajo o proyecto personal, no se cuenta con ningún tipo de beneficio extra como el que veríamos reflejado en un sueldo de asalariado bajo el cargo de alguna organización, empresa o jefe, simplemente disponemos de los medios y recursos que produce nuestro propio proyecto, por eso es importante cuidar nuestras espaldas en el ámbito financiero, especialmente preocuparnos por garantizar nuestra estabilidad y seguridad mercantil sin que se vea afectada la economía de nuestro negocio personal o emprendimiento en caso de algún imprevisto.

Garantizar el patrimonio de nuestro negocio o empresa es lo más importante, pero por supuesto no podemos dejarnos de lado como parte fundamental del sistema que hemos creado, por nuestra seguridad y la de nuestro negocio resulta imperativo el contratar algunos servicios adicionales que generen estabilidad y brinden garantía a nuestro negocio, entre ellos asesores comerciales, contadores personales, seguros personales y seguros autónomos para la protección de nuestra empresa, en este último caso muchas personas deciden simplemente ahorrar dinero evitando contratar seguros referentes al área en la que se desenvuelve nuestro negocio, por ejemplo un restaurant que se niega a pagar un seguro contra incendios para ahorrar capital, está cometiendo el peor de los errores.

Imagina que dejas de comer solo para invertir el dinero en tu auto, llegado el momento desfallecerás y recuperarte representara un gasto mayor incluso superando la inversión hecha a tu auto mientras “ahorrabas” en el caso de los seguros estos son una póliza de garantía, si, posiblemente nunca hagas uso de uno de estos seguros, pero las estadísticas juegan a ambos extremos y podemos estar dentro de ese pequeño margen que sucumbe al desastre, ¿cruzarías la calle de una avenida abaratada de autos sin mirar a los lados? Seguramente no, como tampoco lo harías en una con poco tráfico, de igual modo los seguros que ofrecen protección a nuestros negocios en el posible caso de un problema relacionado a nuestra área de trabajo, garantizan la continuidad de nuestra empresa frente a dichos imprevistos.