Economía colectiva y los peligros que esta conlleva

Ceder ante la presión social puede ser el error más grave para la economía de cualquiera, seguir a las masas simplemente nos puede conducir a un solo desenlace, repetir los mismos errores, problemas y declives que atraviesa la sociedad en general, conseguir que un negocio, emprendimiento o empresa se consolide realmente y llegue a ser un elemento relevante, es algo que no se puede conseguir siguiendo el ritmo de la encomia colectiva, o por lo menos no de la falsa idea dogmática que se maneja colectivamente sobre la economía.

Para la gran mayoría de la población mundial, solo existe una forma de generar dinero, trabajar, y claro está que el concepto de trabajo puede extenderse bastante, pero para las sociedades en general, la explotación laboral por un sueldo base, algo que muchos denominan esclavitud voluntaria del siglo 21, es la idea más peligrosa tanto para la economía global como para la individual de cada persona, este sistema nos obliga a pensar que quien más trabaja y consume es el que mejor se encuentra financieramente, pero lejos de esta falacia solo aquellos que se atreven a romper el molde están destinados a la grandeza.

Mientras la mayoría se preocupa por extender su arsenal de conocimiento preparándose de académicamente de manera profesional para servir a terceros por un sueldo definido, los más inteligentes no pierden el tiempo y se concentran en transformar sus ideas en negocios e inversiones, claro está que no se trata de que todos renuncien a la preparación profesional, porque evidentemente son necesarios, pero si no estás dispuesto a ver más allá de las ideas colectivas y no ceder a la presión, jamás serás capaz de tomar verdaderamente tus propias decisiones, al contrario simplemente estarás como la mayoría complaciendo los deseos que el sistema ha implantado en nuestro inconsciente.

Nótese que se habla de economía colectiva como idea dogmática arraigada al pensamiento colectivo y no como colectivismo como sistema. Ya que se trata de enfrentar los dogmas que impone la sociedad, las falsas carencias y anhelos de crecimiento que al contrario de ayudarnos a alcanzar estabilidad terminan reprimiendo nuestras capacidades y estancándonos especialmente a nivel económico y financiero.