Pensando pensamientos quiere hacer una reflexión alrededor de la palabra “COSAS”, porque los factores de producción del sector agropecuario son cinco “cosas”. Y se habla de “cosas” porque se quiere deletrear la palabra así: C de conocimiento, O de obra de mano, S de sol, A de agua y S de suelo; que es todo lo que se requiere para producir en el sector agropecuario.

En Colombia y América Latina somos absolutamente ricos en estas cinco “COSAS”. Los países del norte no lo son: sol solo tienen medio año, agua ya no tienen y el suelo lo tienen ocupado con casas, edificios y autopistas, mano de obra no tienen pues no les gusta trabajar la tierra, lo único que les sobra es conocimientos y estos solos no son suficientes.

Los rusos, los chinos y los árabes miran con codicia a América Latina y África por el suelo; Europa actualmente tiene un proyecto de cuatrocientos mil millones de euros, con en el cual pretenden techar 90 mil kilómetros cuadrados del Sahara, superficie igual a la de Portugal, con paneles solares para llevarse el sol de África hacia Europa.

¿Qué nos pasa amigos de América Latina y del Caribe? ¿Por qué no vendemos agua y suelo, pero en forma de comida? Es la hora de dejar de vender tierra y empezar a vender la comida que el mundo no tiene y que nosotros tenemos las cosas que se requieren para producirla.

Esas cinco “cosas”, son las que nos diferencian de los países desarrollados. Son nuestro poder, nuestro potencial, nuestra oportunidad para producir comida a un mundo hambriento, a un mundo que todos los días tiene más habitantes y menos espacio para producir alimento.

Colombia y América Latina tienen la gran oportunidad de ser la despensa alimentaria del mundo, la despensa alimentaria de la India y de la China, en donde todos los días son más y quieren comer más.

Si no producimos la comida, la tendremos que comprar a una multinacional que solo les interesa el dinero, no la alimentación, ni la salud y bienestar de sus clientes, lo de ellos es negocio y el negocio se representa en ganancias muchas ganancias. Se llevarán la riqueza y nos dejarán la misma pobreza que siempre han dejado.

Vendamos comida, pero comida producida por cientos de miles de pequeños productores, apoyémoslos con las cosas para que puedan producir, transportar y vender sus cosechas.