En pasados “Pensando pensamientos” hablamos de agricultura arbórea y entre los muchos árboles que mencionamos hablamos del chachafruto o balú (Erythrina edulis). Hoy queremos dedicarle nuestra reflexión a este maná del trópico, a este regalo de nuestra biodiversidad.

La razón es simple, es el fríjol más grande del mundo y produce comida por más de veinte años. Cómo no exaltar, cómo no divulgar, cómo no invitar a los pequeños productores de América latina y el Caribe a que siembren, cultiven, cosechen y consuman chachafruto, árbol eterno o maná del trópico,  que en plena crisis económica y de alimentos, está ahí esperando a que le demos el uso adecuado.

En nuestra cocina se usa para hacer sopas, cremas, ensaladas, jugo, dulces, postres y harina, con la cual se preparan toda clase de panes y pasteles.

No será en vano repetir que es una leguminosa rica en proteína (carne vegetal), en fósforo, hierro, calcio, vitamina K y vitaminas del complejo B, complemento ideal de los cereales, los cuales nos aportan la energía faltante.

Del chachafruto se usan sus hojas y sus vainas para la alimentación de vacas, cabras, cerdos, gallinas y peces, es decir, casi todos los animales que consume el hombre.

Como si fuera poco, este maná del trópico, como todos los árboles, juega un importante papel en la conservación de los suelos y el buen ambiente. Su sombra no solo evita que los perpendiculares rayos del sol tropical incidan directamente el suelo; sus hojas evitan que las gotas de lluvia (que caen a 80 kilómetros por hora), golpeen directamente nuestros inclinados suelos evitando así la erosión; sus raíces perforan el suelo y permiten la entrada de agua y la salida de nutrientes y microorganismos; sus numerosas hojas sirven de abono y por ser leguminosa le aporta nitrógeno al suelo.

Un árbol además de adornar el paisaje, hace de barrera rompe viento, es cortina de feos paisajes, es refugio de pájaros que alegran con su canto nuestra existencia y de insectos que controlan plagas, toman nutrientes del suelo y lo ponen en la superficie a disposición para otras especies, etc

La invitación de “Pensando pensamientos” es para que todas las fincas, parcelas, chagras, fazendas, barrios, conjuntos cerrados, avenidas, parques y demás sitios públicos de América latina y el Caribe tengan cercas vivas, linderos, sombrío o cultivo con árboles y con esta maravilla del trópico llamado chachafruto.