Pensando pensamientos al por menor (20)

Según el censo oficial de 1995, el país cuenta con 2´793.000 predios rurales; el 82%, es decir, 2´299.890, son menores a una Unidad Agrícola Familiar -UAF.

Once millones de campesinos colombianos tienen tierra, sol todo el año, buenos suelos, abundante agua, sabiduría rural y manos expertas. Estos podrían tener resuelto el problema fundamental de la comida, si siembran para comer y siembran para vender.

El ejercicio es simple, un campesino siembra papas para vender papas y éstas las vende al por mayor, sin valor agregado y al primero de la cadena. Consideremos que estas imperfecciones del mercado no podemos o no queremos solucionarlas y el campesino de nuestra historia toma la plata de las papas y compra al por menor, con todo el valor agregado y al último de la cadena: las cebollas, el tomate, las arvejas, el maíz y los huevos que bien podría tener en su finca. En resumen vende mal y barato y compra mal y caro.

Si ese campesino decide mercar en la finca como predica ReSA® lo que haría es no comprar, no gastar en cebollas, tomates, arvejas, maíz y huevos y ese no gasto que llaman los economistas “ingreso imputable” sería plata que hay que contar entre los ingresos de la finca.

La propuesta de ReSA® es que siga sembrando papas o café o alquilando la mano de obra y, al mismo tiempo, le dedique unas horas a la semana a sembrar lo que la tierra le puede dar. La comida que no compra, porque la produce, es su ganancia, su utilidad extra que obtiene por ser juicioso y dedicarle unas horas de más a los cultivos de pan coger y pan comer.

El Departamento nacional de Planeación, DNP, está incluyendo en el Conpes, Consejo nacional de Política Económica y Social, el “no gasto” como un ingreso y si a esto le agregamos que el 20% de todos los alimentos los produce en el mundo la economía campesina, tenemos que programas con la filosofía ReSA®, son los que deben impulsar y crear alcaldes, gobernadores y todos aquellos que quieren aportar soluciones al problema del hambre.

Tenemos que crear esquemas que hagan que los campesinos vuelvan a las sementeras, rosas, huertas o como las quieran llamar y siembren para comer y siembren para vender.

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