Mercar en la finca es la esencia de la filosofía del programa Red de Seguridad Alimentaria -ReSA®- de Acción Social de la Presidencia de la República. Lo que se pretende es cambiar la actitud de los campesinos para que siembren para comer y siembren para vender.
Mercar en la finca tiene muchas ventajas, la principal, es que genera seguridad alimentaria, porque quien siembra comida tiene comida. La segunda, es que arraiga soberanía alimentaria, ya que un país que tiene su comida garantizada, ejerce soberanía sobre la principal necesidad humana: la alimentación. Otro aporte de sembrar comida es que ayuda a aliviar la crisis energética cuando ésta es consumida en el predio, ya que ahorra energía en la conservación (cadena de frío), en el transporte, en el empaque, en la distribución, en la publicidad y en muchos de los eslabones que tiene la cadena.
Como si fuera poco, sembrar para comer es más saludable, no sólo por el ejercicio que implica esta labor, sino especialmente porque los alimentos son frescos, no requieren preservantes, se usan menos químicos, pues quien siembra para comer sabe los peligros de los tóxicos modernos; otra ventaja de sembrar en el predio es que une a la familia, pues la huerta, sementera o solar generalmente es una actividad donde participan la señora, los hijos y hasta los vecinos; y, finalmente, otra de las ventajas de mercar en la finca es que sale más barato ya que se usa el tiempo familiar, los sábados, los domingos y las horas después de la jornada laboral; también se utiliza la mano de obra familiar, se aprovechan las semillas de la cosecha anterior y hasta los abonos e insecticidas pueden ser producidos en la finca.
Sembrar en la finca invita a comer lo que con amor se siembra, se cultiva y se cosecha. Igualmente invita a reunir la familia alrededor de la mesa y alrededor de la mesa se cuentan las alegrías y las tristezas de la labor realizada, lo cual hace más unida la familia y familia que trabaja unida vive unida y lo que este país necesita es familias unidas para salir adelante.
Desde este espacio invitamos a las entidades del sector a que se unan y lancen campañas para que las familias merquen en la finca, como apoyo al negocio principal que tenga el agricultor, ya sea vender café, leche o papas; esos pesitos que no se gastan comprando la comida, les sirven para hacer más rentable su actividad comercial y tener una mejor calidad de vida.