LA NUEVA REVOLUCION “BERDE”

Algunos biocombustibles dañan más el medioambiente que los hidrocarburos

El tema de los biocombustibles parte de una ecuación relativamente simple, ya que se trata de reemplazar un recurso no renovable y altamente contaminante (el petróleo), por otro renovable y menos contaminante (los biocombustibles).

Pero el tema hay que mirarlo con detenimiento y con cuidado para evitar caer en los errores que en el pasado caímos con la Revolución Verde.

El primer paso es delimitar claramente las zonas de cultivo de las nuevas plantaciones, delimitación que en un sistema de libre inversión, se puede lograr a través de la no aplicación de los créditos blandos (ICR, por ejemplo) en las zonas no priorizadas por el gobierno. Lo anterior para evitar ampliar la frontera de estos cultivos a zonas estratégicas de biodiversidad como el pacífico chocoano, caucano y nariñense y la selva amazónica, la cual no se nos puede olvidar hace parte de la cuenca amazónica que tiene el 20% del agua dulce del mundo y aporta el 50% de todo el O2 que respira la humanidad, recurso que deberá entrar en las negociaciones que los países de la cuenca hagan con los países desarrollados, que son los mayores contaminantes modernos.

Luego tendrán que regularse las prácticas agrícolas en los nuevos cultivos, para no terminar como Indonesia, que no sólo arrasó sus selvas con el sistema de tumba, quema, sino que además contrarrestaron la infertilidad de sus suelos con grandes dosis de fertilizantes que lixiviaron los suelos y, cuando plantearon producir biocombustibles menos contaminantes, pasaron por estas prácticas, ser el tercer país del mundo más contaminante, después de E.E.U.U y China.

Otro tema a tener en cuenta es el de la inseguridad alimentaria en un mundo con dos tercios de los habitantes padeciéndola, ya que la nueva revolución “berde” no podrá agravar lo que logro la primera revolución verde que, si bien alcanzó las metas de producir mas comida de la que la gente requería, el sistema logró que el acceso a los alimentos no fuera posible para esos 2/3 que padecen de inseguridad alimentaria.

Este tema se podría solucionar obligando por norma (vía crédito, por ejemplo) a destinar un porcentaje del área a sembrar en cultivos industriales, a la producción de cultivos para la alimentación humana, de manera que se facilite el acceso a la alimentación de los habitantes de las zonas en expansión agrícola.

El otro problema que habrá que evitar, y que es “particularmente” grave y sensible en Colombia, es el de la o legalización de las fortunas habidas con la extorsión y el miedo por los narco paramilitares, ya que esto no sólo permitirá estables pensiones a los narco bandidos, sino que se corre con el gravísimo riesgo que empleen sus tierras costeras como corredores y puerto de embarque de la droga que tanto daño y muerte nos ha causado.

Este tema es legalmente más complicado, pero habrá que buscar ingeniosas herramientas jurídicas para que ni ellos ni sus testaferros, se sigan burlando de los millones de colombianos trabajadores y honestos que quieren construir un mejor país para sus hijos.

Si no abordamos el tema con seriedad de país la nueva revolución será “berde” ( con b de bio), no por la clorofila, sino por el desperdicio del “bio” que causaríamos al contaminar más de lo que logramos descontaminar y podríamos terminar ante nuestros paisanos y ante el mundo haciendo el oleoso al permitir que los causantes de tantos robos y muerte legalicen sus enormes y mal habidas fortunas ó terminaremos oleo”sos”, pidiendo auxilio a los países amigos para terminar con el maldito imperio de la droga; o lo que es peor, que nuestros hijos nos reclamen por mentirosos con los oleosos.

Los biocombustibles son sin lugar a dudas una gran opción para el país, no desperdiciemos la oportunidad de su correcta utilización, por no abordar el tema de forma integral y racional.

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