COMO ME GUSTA ESTA COLOMBIA DE HOY

Como me gusta creer en Colombia, en su gente buena, en sus campos. Como me gusta ver a las seis de la mañana el desfile de cosecheros en busca del sagrado grano de café, que aún hoy, a pesar de la crisis, les permite llevar el sustento a sus adorados hijos y a sus esperanzadas esposas.

Como me gusta ver la roza de maíz en flor y al fríjol, ágil y graciosamente trepando en busca del sol que cuajará sus vainas.

Como me gusta la lluvia y el sol, que en este bondadoso trópico nos permite cosechar los 12 meses del año.

Como me gusta esta crisis de hoy, que esta despertando en los colombianos siglos de creatividad y de ingenio para sobreponerse a malos Estados, malos gobernantes, malos funcionarios y malos ciudadanos.

Como me gusta ver a muchos colombianos dándole un “golpe a la indiferencia”, al hacer cosas buenas, cosas exitosas, demostrando que sí se puede, convencidos de que para tocar fondo, a Colombia le faltan 100 años de indiferencia, que está más cerca, mucho más cerca el éxito que el fracaso.

Como me gusta la tarea de difundir uno de los miles de casos exitosos que tiene el país, de gente sencilla, de gente que tiene valores, que cree en su pueblo, que cree en Colombia y sobre todo, que cree que en  el Sector Agropecuario, sí se puede.

Resulta y acontece que en esta Colombia donde los medios de comunicación solo le hacen eco a lo malo y a lo negativo del país, existen proyectos que con un silencioso ruido superan el eco de los medios y llegan al oído de muchos colombianos, como una fresca brisa de esperanza.

Como me gusta contarles que en Anserma, Caldas, un pequeño pueblo cafetero de 35.000 habitantes enclavado en la Cordillera Occidental, el Alcalde del período 1998-2000, Carlos Arturo Zuluaga G, decidió jugársela por el campo y al ver que tenía más necesidades que presupuesto y al ver que sus problemas a pesar de ser muchos, eran menos que la gente buena, que quería hacer cosas buenas, decidió, decidirse.

Como me gusta saber que un Alcalde de un pequeño municipio colombiano entendió la descentralización y jugó a que durante los tres años de su mandato, se la jugaría por un programa de Seguridad Alimentaria, que bautizó SAL (Seguridad Alimentaria Local), porque en sus palabras, a este país le falta sal y le sobra ají.

Por eso, con el escaso presupuesto diseñó con la UMATA y sus 5 funcionarios un proyecto de cambio cultural para el Sector Agropecuario, donde motivaran a sus pequeños productores, a que si comían “revuelto”, pues sembraran revuelto.

Como me gusta que estos funcionarios públicos entendieran que su municipio era cafetero, que a los agricultores no solo les gusta el café, sino que además su tierra era apta para el café y ellos sabían de café, por eso decidieron continuar con el café, pero con el modelo de sus mayores que hizo grande a Caldas y a la zona Andina Colombiana, donde el café era el negocio principal, el eje principal de las fincas, que lo hicieron mejor negocio no gastándose la plata del café, en comprar lo que se podía sembrar, por eso volvieron a la sementera con maíz, fríjol, yuca y arracacha, alinderaron sus predios con naranjos, limones y aguacates, volvieron a las gallinas criollas dedicadas al rebusque de lombrices y mojojoyes, porque los patrones no les compraron concentrado y a pesar de eso pusieron huevos de roja yema que sirvieron para preparar los pericos del desayuno, los sorbetes para la alegría de los buchones y el ponche en la noche para la energía del marido.

Como me gusta estos cafeteros que entendieron después de largas, larguísimas noches de explicaciones no dadas, que el modelo de caficultura del monocultivo no era para pequeños productores, que ellos  más que café para exportar necesitaban cafetales que dieran café, que dieran yuca, maíz, que dieran leche, es decir, una mata de café milagrosa que daba comida, que fue lo que cultivaron los abuelos.

Como me gusta que el Alcalde con su UMATA, hayan implementado el modelo que el Centro Internacional de Agricultura Orgánica CIAO, ha validado y puesto en marcha durante 8 años. Por eso dividieron el municipio en 4 zonas, seleccionaron 4 ó 5 veredas por zona, de manera que en los tres años del mandato se cubrieran las 64 veredas del municipio.

Como me gusta que en cada vereda hayan seleccionado a 10 agricultores que les gustara y quisieran sembrar comida, entregándole los insumos requeridos, a cambio, de su tiempo y su sabiduría.

Como me gusta tener que escribir que al hacer una evaluación en el tercer año, el 68% de los Agricultores que comenzaron el proyecto continuaban con la labor de sembrar comida, este porcentaje, es un éxito rotundo, si se tiene en cuenta que más que un proyecto técnico, era un proyecto cultural, que buscó rescatar la sabiduría campesina y sobre todo rescatar esa cultura paisa de fincas con comida.

Como me gusta esta Colombia que esta denunciando los bandidos, los ladrones de Estado, los corruptos, los apartidas, porque pronto muy pronto derrotaremos la indiferencia y así nunca más tendremos al frente del país, de los departamentos y municipios, funcionarios que no merecen responsabilidades de Estado y nuestros hijos le podrán contar a nuestros nietos que sus abuelos soportaron valientemente la peor crisis de valores del pueblo colombiano, “golpeando la indiferencia”, y así poder los nietos disfrutar de la prosperidad y paz que se merece esta Colombia.

Como me gusta saber y sobre todo poderles contar que el Alcalde Carlos Arturo Zuluaga G., al segundo año de mandato, ante la aceptación del proyecto decidió ampliar a SALE (Seguridad Alimentaria Local Educativa), en el cual con 4 bachilleres agrícolas debidamente capacitados y al mando de un agrónomo, ampliaron el proyecto a los hijos de los agricultores, llevando el programa de Seguridad Alimentaria a las 48 escuelas rurales del municipio, donde los técnicos con el apoyo de los maestros, el primer día de la semana lo dedicaban a enseñar sobre alimentación, sobre cultivos y sobre todo, les enseñaban de huertas, de recursos genéticos locales, logrando vincular 746 niños de los grados tercero, cuarto y quinto, esperando que estos reafirmen su amor al campo y a la agricultura. Educando así niños campesinos para el Sector Rural, no para la ciudad, que parece ser a lo que se están dedicando algunas escuelas rurales. Niños que con su amor al campo, continuarán sembrando el país de paz y de alegría que tanto las necesita.

Como me gusta esta Colombia de hoy, donde un Alcalde cívico, sin banderas partidistas ni grupistas, con solo 160 millones de pesos en el año 2000, es capaz de llegarle a 395 familias (2.370 personas), pequeños productores con el programa SAL y generar en ese año un ahorro interno de 1.245 millones de pesos, representados en la comida que dejaron de comprar al haberla producido.

Como me gusta gritarle a Colombia (a ver si la prensa hace eco), que en Anserma, Caldas, ese pequeño municipio cafetero, en tres años, 746 niños de sus escuelas rurales aprendieron de recursos genéticos locales y de huerta familiar.

Como me gusta saber que un campesino colombiano nacido en Guateque, Antioquia, en 1959 y radicado en Anserma desde 1969, fue capaz de demostrarle a la Federación Nacional de Cafeteros, que el modelo de pequeños productores no era con monocultivo. Que él, con solo tres cuadras, su mujer y sus dos pequeños hijos produjeron 76 arrobas de café en el año 2000, además de peces, pollos, patos, cabras, panela, maíz, fríjoles, tomate, naranjas, limones y aguacates, suficientes para que la platica del café, $2.873.722 pesitos que valió la cosecha del 2.000, le alcanzara para la educación, la salud y el bienestar de toda su familia.

Como me gusta saber que la teoría de lo atípico implementada por Yerry Sterm en mas de 20 países, se haya revalidado en Anserma Caldas, demostrando que en las comunidades a veces existen personas, cuyo comportamiento excepcional, les permite obtener mejores resultados que sus vecinos, que lo que tenemos que hacer, es analizar las técnicas o métodos que tiene esa persona, identificarlos, sistematizarlos y masificarlos, que es lo que pretende el convenio Unión Europea – ESAP, en su programa “Sistema Nacional de Capacitación Municipal” al seleccionar el Programa de Seguridad Alimentaria de Anserma Caldas, como uno de los 5 casos exitosos en Colombia en el año 2.000, para que los Alcaldes del país lo conozcan, validen, ajusten y ejecuten en todo el territorio colombiano.

Definitivamente, como me gusta que todo lo bueno de Colombia me guste. Como me gusta saber que hay muchos Alcaldes buenos en Colombia, haciendo pequeñas cosas, para construir la  Colombia que todos queremos.

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