HAMBRUSA

“Actualmente la gente piensa que 5 hijos no son muchos, y cada hijo a su vez tiene 5 hijos, y antes de morir el abuelo ya tiene 25 descendientes adicionales. Por eso la gente es más y la riqueza es menos, trabajan mucho y reciben poco.”   Han Fei-tzu

Lo dramático de esta cita, es que no es de principios del siglo XX y menos que es de Colombia, es del Lejano Oriente y fue escrita 500 años antes de Cristo.

El libro “Los limites del Crecimiento”, fruto de la investigación realizada por el Instituto Tecnológico de Massachussets y auspiciado por el Club de Roma en torno al predicamento de la humanidad, estudia la suerte del mundo en el año 2.000 y aun después.

En el se discuten las necesidades físicas y sociales necesarias para lograr un mundo en equilibrio. Entre otros factores, se analiza el limite de crecimiento de la población vs la capacidad del factor tierra y concluye diciendo que si se doblara la productividad agrícola que se tenía en 1970, la tierra disponible para la alimentación (3.200 millones de hectáreas), se coparía cerca del año 2030, es decir se llegaría al límite de crecimiento del área agrícola.

Situación esta que se ve afectada por la presión que ejerce el aumento de la población en  las tierras cultivables, al requerirse más área para la vivienda, las carreteras, los deposito de basuras, las líneas de transmisión eléctrica y otros usos que cada día “pavimentan” más el área agrícola del planeta.

Para entender la actual crisis alimentaria, hay que entender el concepto de crecimiento exponencial de la población mundial, este crecimiento hizo que los 500 millones de habitantes de la tierra en 1.650 a una tasa de crecimiento del 0.3 % anual, su periodo de duplicación fuera de 250 años (con la consideración que en esa época el promedio de vida era de 30 años).

En 1970 la población mundial era de 3.600 millones y la tasa de crecimiento de 2.1 % anual, lo que da un periodo de duplicación de 33 años. En el 2008 somos 6.700 millones y el mundo padece una gran crisis de alimentos. Cuanto se demorará la duplicación de la población a la tasa de crecimiento actual? cuanta comida habrá que producir en pocos años para alimentar 13.400 millones de personas?

No incluimos el tema del calentamiento global, que tiene gran impacto en la producción de alimentos, no por que sea menos importante, sino por querer enfatizar en aspectos que no se les ha dado el verdadero peso que tienen.

Dejemos de un lado los académicos y miremos los artículos de prensa, por ser estos medios, los que “mueven” la opinión mundial.

Haciendo un recorrido por las noticias económicas del mundo en los últimos tres meses, nos damos cuenta que la escasez de alimentos ya no es un problema que afecte solamente a los pobres del mundo, sino, que lo están sufriendo los países ricos y estos por primera vez, están tomando seria conciencia de la gravedad del asunto para sus economías.

El pasado mes en la reunión de la FAO en Brasilia los ministros de finanzas, calificaron la escasez de alimentos como la gran crisis económica del siglo XXI. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, están de acuerdo en que el problema es grave y que la política de Estados Unidos de promover el etanol basado en el maíz y otros biocombustibles, empeoran la situación.

La FAO calcula que, en términos generales, los precios de los alimentos seguirán altos unos diez años. Los altos precios del petróleo son una de las razones de este fenómeno, ya que encarecen los costos de todo, desde los fertilizantes hasta el transporte y procesamiento de alimentos. Al aumentar el acero aumentan los costos de los equipos agrícolas (situación esta agravada por la alta demanda de estos en China). Al aumentar el petróleo también aumenta el gas para fabricar abono, como si fuera poco la mano de obra del campo, ha subido por la demanda de más siembras. En Colombia, el valor de los fletes de Nueva Orleáns a Buenaventura pasó de 22.5 dólares la tonelada en enero de 2006 a 80 dólares la tonelada en septiembre de 2007; la urea pasó de $40.000 a $120.000 el bulto. En Estados Unidos, el fosfato de amonio pasó de 400 dólares a 1.200 dólares la tonelada.

El fenómeno de los biocombustibles ha hecho subir el precio del maíz, la soya y el trigo. Las tierras cultivables son escasas y más caras. El agua también está amenazada, declaró Brabeck, antes de subrayar que para producir un litro de etanol se necesitan 4.000 litros de agua (Londres AFP-AP). El Tiempo marzo 18 de 2008.

Según la FAO para este año se estima que el costo de las importaciones de cereales en los países pobres subirá un 56% tras haberse elevado un 37% en el 2007. (El tiempo abril 13 de 2008).

Robert Zoellick presidente del Banco Mundial en la cumbre de Rió, presionó a los Ministros para que se concentraran en el tema de los alimentos, en una dramática conferencia en la que sostenía en unas de sus manos una bolsa de arroz de 2 kilogramos, mostrando que esto le cuesta a una familia de Bangladesh, la mitad de sus ingresos diarios.

El mismo Roberto Zoellick dice que la situación de altos precios es tan delicada, que el efecto de la actual crisis alimentaria en la reducción de la pobreza en el mundo, equivale a haber perdido siete años.

Según Dominique Straus Kahn, director general del Fondo Monetario Internacional, la economía mundial está entre el hielo y el fuego. El hielo es una frenada brusca de la

economía, pero   el fuego es al parecer mucho peor: el alza de los precios de los alimentos y de la energía se sienten desde Madrid hasta Puerto Príncipe.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-mon sostuvo que el hambre se esta propagando a comunidades que hasta ahora estaban al abrigo de ese flagelo.

La Comisión Europea, anunció que propondrá la supresión de las subvenciones, para los cultivos destinados a la producción de biocombustibles.

El primer ministro Chino Wen Iabao, dice que la lucha contra la inflación derivada de la escasez de alimentos es una prioridad. La inflación fue del 7.1% (la más alta en 11 años) y reflejó un aumento del 18.2% del precio de los alimentos.

El Ministro de finanzas de la India, Palianappan Chidanbaran dijo: “Cuando millones de personas pasan hambre, desviar la producción de alimentos hacia la producción de biocombustibles es un crimen contra la humanidad”.

The Economist sentencia “Hemos llegado al final de la comida barata”. El índice de precios de esta revista señala que enfrentamos los precios más altos desde hace 170 años. Las razones son varias: 1. Millones de habitantes de la China, el Sureste Asiático y la India comen más que antes (la China aumentó en 150% el consumo de carnes desde 1.980).   2. Los altos precios del petróleo han llevado a muchos agricultores a producir cereales para las plantas de etanol (sólo en Estados Unidos se destinarán 85 millones de toneladas de maíz para etanol) 3. Los cambios climáticos provocan lluvias más intensas, sequías más prolongadas y mayores dificultades en el campo y por último la intervención de las transnacionales que manipulando precios y cantidades, enturbian el río para obtener jugosas ganancias. (El tiempo.com, abril 8 de 2008).

Sesenta alimentos subieron de precio por lo menos un tercio en el 2007, estadísticamente esto significa que el nivel de vida, en los países pobres, podría caer hasta en un 20%. (El tiempo.com, 14 de abril de 2008).

Los alimentos representan entre un 10% y 20 % del gasto de un consumidor en los países industrializados, pero entre un 60% y un 80% en los países en desarrollo, según Henry Jesserano, del Sistema de información y alertas de la FAO.

Ahora veamos nuestra situación, Colombia cultivaba un millón cien mil hectáreas de cereales en 1.989 y en solo diez años en 1.999 redujo el área a 588 mil hectáreas y las cifras preliminares, indican que en el 2.007 no se llegará a las 600 mil hectáreas.

La importación de cereales pasó de 1.020.000 toneladas en 1.982 a 3.000.000 de toneladas en 1.996 y a 4.800.000 toneladas en el 2.006, y se calcula que en el 2.007, la cifra de importación de cereales estuvo por encima de 6.000.000 de toneladas (El Tiempo, enero 18 de 2.008).

Colombia no es autosuficiente en maíz, fríjol, soya, cacao y cebada; en arroz produce lo que se consume, lo que hace que cualquier reducción del área sembrada signifique faltantes. En plátano exporta pero también importa. Como vemos los alimentos más consumidos por los colombianos, exceptuando la papa son deficitarios y en el caso del trigo (pan), sólo producimos el 10% de la demanda y el maíz importamos 3.200.000 toneladas, siendo estos dos productos los que más se han encarecido (maíz 27% en un año y trigo en el 130%).

Rápidamente, nos damos cuenta de la dramática situación que afronta el mundo actual en el tema alimentario de la cual no es ajena Colombia. La invitación es a hacer una seria reflexión pensando en el futuro del país y en especial en esa gran mayoría de colombianos que viven por debajo de la línea de la pobreza. Las reflexiones nos tendrán que llevar a crear conciencia de la magnitud del problema y es nuestra obligación, buscar la verdadera voluntad política, para encontrar soluciones prácticas y definitivas.

Creemos que llegó el momento de sentar un panel de expertos y decidir rápidamente la ruta de Colombia respecto al tema del hambre y el papel que debe jugar el sector agropecuario; con este panorama podremos no solamente solucionar nuestro problema, sino además salir de esta crisis, aportándole a la humanidad un mundo en equilibrio y sin hambre.

La decisión política sería erradicar el hambre, a favor tenemos un país maravillosamente rico, muy extenso y poco poblado.

Las decisiones tendrán que ser además de valerosas muy creativas, no olvidemos que haciendo lo mismo, es muy difícil obtener resultados diferentes.

Unos pocos ejemplos de los pasos a dar son una simple guía de lo mucho que podemos hacer.

El primer tema a abordar será el del control de la natalidad, el cual tendrá que ser mas drástico en los países en desarrollo, ya que en estos el crecimiento es exponencial, mientras el en los países desarrollados es casi lineal. Se podría motivar a las familias pobres a tener un solo hijo y premiar aquellas parejas de escasos recursos que decidan no tener hijos, como un modelo de vida.

Otro tema fundamental a resolver es el de la energía y en especial el petróleo. Cual será el modelo energético del siglo XXI, que permita a todos los habitantes del planeta   vivir en un mundo en equilibrio?

Las soluciones tendrán que ser de fondo en este tema, pero como simple ejercicio veamos unos pequeños ejemplos.

Pensemos en estimular a ciudadanos ahorradores. Preguntémonos cuanta gasolina cuesta el hecho de que los carros prendan las luces de día? Cuanto dinero y gasolina hemos desperdiciado comprando carros de tracción (4 x 4) para andar en la ciudad? Cómo enfrentamos el monstruo de los medios de comunicación dedicados a crear hábitos de “comida estética”, que no solo no nutre, sino que atenta contra la salud? Por qué no le exigimos a los fondos parafiscales que manejan recursos del sector, para que lo dediquen a masivas campañas de comida saludable? Por qué no viabilizamos nuestra riqueza en frutas y hortalizas y la enorme ventaja de poderlas consumir frescas todo el año?

El tema de los biocombustibles si lo vemos como una oportunidad de negocio para Colombia y como un apoyo a su aliado Estados Unidos, por qué no montamos un modelo colombiano. Por qué no le exigimos a todos los que cultivan “biocombustibles” a que dediquen un porcentaje de la tierra a la agricultura de subsistencia o a la agricultura de la seguridad alimentaria? Por qué no le exigimos a todos los gremios del sector: aceiteros, cañeros, algodoneros, bananeros, cafeteros, arroceros, ganaderos etc., que fomenten la agricultura de subsistencia para sus afiliados? Por qué el Banco Agrario no abre una línea de crédito “sementera”, para la agricultura de autoconsumo la cual sea condonado si se toma un crédito para un proyecto productivo? Por qué no creamos un impuesto contra el hambre (origen de la guerra), como estrategia de guerra contra el hambre y la subversión? No será que se nos llego la hora del PCA: Plan Colombia de Alimentos?

Estas iniciativas se pueden lograr condicionando los créditos y los subsidios agrícolas de los grandes productores, que son los mayores beneficiarios de estas prerrogativas del Estado.

El modelo de economía campesina hoy más que nunca es válido y no podemos seguir permitiendo que los pequeños productores continúen vendiendo al por mayor un producto, para comprar al por menor muchos productos. Con el aumento desproporcionado del precio de los alimentos podemos hacer que la economía campesina, juegue un papel mucho más importante en la economía nacional, que el que hasta la fecha ha jugado.

Lo claro es que Colombia de tener la voluntad política podría ser “ejemplo” para el mundo de solución a la epidemia del siglo XXI “el Hambre”.

Atrevámonos a actuar diferente para lograr resultados diferentes.

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