BOTOX
¿Qué es y para qué sirve?
Los músculos faciales son los responsables de nuestra expresión facial. Con el tiempo, los movimientos repetidos crean una serie de arrugas permanentes que la toxina botulínica (botox) puede aliviar al provocar una parálisis temporal del músculo estriado. Aunque sus efectos son temporales, su uso es mínimamente traumático, lo que permite prolongar sus efectos indefinidamente mediante inyecciones en serie.
Aunque la indicación inicial es el tratamiento de las líneas de expresión de la glabela o el entrecejo, y por tanto de la mitad superior del rostro, cada vez es más interesante su uso para «suavizar» las expresiones antiestéticas, es decir, las arrugas relacionadas con el envejecimiento, el mal humor, el estrés y la tristeza, y para «mejorar» las expresiones estéticas. Recientemente, su uso para obtener el llamado «efecto lifting» mediante el debilitamiento de los músculos depresores de la cara con un posterior fortalecimiento de los músculos elevadores ha despertado un gran interés.
Frente
Las cejas son la parte más importante del tratamiento de la frente. La forma de las cejas en reposo, y aún más durante los gestos ligeros o pronunciados, se debe a la contracción del músculo frontal. El profesional debe ser muy suave y utilizar pequeñas dosis para crear una forma simétrica. Dale a las cejas femeninas una forma arqueada y a las masculinas una forma recta. Por último, si notamos cierta flacidez en la piel de la frente, presente en casi todas las personas de cierta edad, evitaremos tratarla. Es mejor tener una mirada clara y una frente con arrugas que una mirada triste y una frente lisa.
Frunce el ceño
Esta es la principal zona donde se suele aplicar la toxina. Es aconsejable tratar siempre esta zona también cuando se trate la frente para conseguir el efecto de «mirada clara».
Zona lateral del orbicular (patas de gallo)
Las arrugas que aparecen en la zona orbicular lateral al sonreír transmiten alegría, su levantamiento parece «artificial», por lo que es más interesante suavizarlas sólo para mejorar las líneas de expresión alrededor de los ojos (patas de gallo), pero sin perder la expresividad de estas últimas. Es importante informar a los pacientes sobre este aspecto antes del tratamiento y tener en cuenta que, en caso de duda, es mejor «quedarse corto», sobre todo en la zona inferior, para evitar bolsas o líneas horizontales de apariencia artificial bajo los párpados inferiores.
Levantamiento de la zona lateral de las cejas
Esto es algo que debemos buscar en casi todas las mujeres y no tanto en los hombres. Consiste en debilitar el orbicular, que tira hacia abajo de la cola de la ceja, y dejar libre en su acción al músculo frontal, que es el único levantador de cejas.
La nariz
Olvidado hasta hace poco, ha vuelto al primer plano con un gesto o una sonrisa. La sonrisa gingival o el descenso de la punta de la nariz, en cambio, encuentran su origen en los músculos situados alrededor de la nariz.
Los labios
Las líneas verticales del labio superior y también del labio inferior pueden beneficiarse del Botox, pero es mejor aconsejar a todos los pacientes que se atengan a los rellenos.
Las comisuras de la boca
El tratamiento de esta zona es delicado, pero muy eficaz. En algunas personas, el gesto del labio superior cambia después del tratamiento, por lo que es aconsejable reducir la dosis.
Chin
El objetivo es alejar el mentón de la punta de la nariz. El ángulo formado por el mentón y la parte inferior de la punta de la nariz se cierra con la edad, y si lo hacemos más abierto elevando la punta de la nariz y bajando el mentón, damos al paciente un aspecto más joven. Tras la aplicación de la toxina, es aconsejable realizar un empaste como tratamiento complementario.
Mandíbula y platisma
El platisma es el único músculo que baja los rasgos de la parte inferior de la cara (aparte del depresor de la comisura de los labios). Su tratamiento facilita el «lifting» de la parte inferior del rostro y mejora el óvalo de la cara, especialmente en personas jóvenes.
Maseteros
Músculos muy potentes que intervienen en la masticación. Su tratamiento mejora las caras cuadradas y también el bruxismo, pero requiere dosis altas y repetidas.