El Cristo Rey está ubicado en el municipio de Belalcázar, en el departamento de Caldas, República de Colombia. Es una estatua religiosa de tamaño monumental con más de 70 años de construida. Su construcción comenzó durante el año de 1948; el periódico La Patria informó que la ceremonia de inauguración fue el 3 de enero de 1954, día en que se consagró a Jesucristo Rey del Universo, acto que fue precedido por otros más, los cuales iniciaron desde el 30 de diciembre de 1953. El Cristo Rey es propiedad, tanto en su predio, como en su edificio y su estatua, de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de Colombia, y está a cargo de la Diócesis de Pereira, que la administra a través de la Parroquia La Inmaculada en Belalcázar.

El Cristo Rey está ubicado en el costado sur del municipio caldense de Belalcázar, el cual, a su vez, está en la zona central del Paisaje Cultural Cafetero, patrimonio de la humanidad declarado por la UNESCO en 2011. El municipio se encuentra ubicado a no más de una hora y media de tres ciudades intermedias: Manizales, capital del departamento de Caldas, Pereira, capital del departamento de Risaralda, y Cartago, ubicada al norte del departamento del Valle del Cauca. Y un poco más distantes está Armenia, capital del departamento de Quindío. Igualmente, por su céntrica ubicación, se encuentra ubicado en el triángulo estratégico que conforman las ciudades capitales de Bogotá D.C., Medellín y Cali.
El municipio de Belalcázar es un pueblo apacible que conserva su arquitectura tradicional, muy propia de la época de la colonización antioqueña, aquella que trajo el cultivo del café a estas tierras. El poblado se desarrolló sobre el lomo de la Serranía de Todos los Santos, que está flanqueada al oriente por el cañón del impetuoso río Cauca, y al occidente del apacible valle del Río Risaralda. El Cristo Rey se erigió en un monte al sur del poblado conocido como El Cerro del Oso a 1.632 metros sobre el nivel del mar.
Desde este lugar geográficamente privilegiado, hoy día se pueden observar más de catorce poblaciones, las siete más próximas al monumento y que se observaban a mediados del siglo pasado, al nivel de la explanada, son: Belalcázar al norte, Manizales y Palestina al oriente, y al occidente, Viterbo, Santuario, Balboa y el Águila; hoy ya se aprecia el sur a Pereira (zona cerritos) .
Desde la azotea en el quinto piso es posible observar siete más: San José, Anserma en Caldas, Cartago, Anserma Nuevo, Ulloa y Filandia. La Virginia está muy cerca del monumento, pero no se observa desde éste
Historia
El presbítero católico Antonio José Valencia Murillo, en medio de la cruda violencia político partidista que se vivía en la década de los años 40’s en Colombia, entre los partidos políticos liberal y conservador, empieza a promover la construcción de un monumento que contribuyera a la protección del pueblo y se promoviera la paz política y el cese de la cruda violencia. Su propuesta tiene acogida e inicia la construcción del Cristo Rey en 1948 y la cual finalizará en 1954, siendo su inauguración el 3 de enero de ese año.
En Colombia, el laicismo se arraigó en el pensamiento liberal de hace un siglo, el cual entró en conflicto con el pensamiento conservador de esa época, y en el marco de diversos conflictos políticos que convergieron, se suscitó La Violencia, una guerra civil que nunca fue declarada como tal pero que causó la muerte de entre 113mil y 300mil colombianos y el desplazamiento de cerca de dos millones del campo a la ciudad, en una época donde Colombia tenía unos once millones de habitantes (Wikipedia, 2023) Belalcázar no fue la excepción en esa cruda realidad de violencia política, pero si fue excepcional en la respuesta a la misma, al promover la construcción de un gran símbolo por la paz, para el cual el Padre Valencia convocó a la comunidad parroquial a unirse en este noble propósito. A través de convites comunitarios, ofrendas, diezmos y muchas otras estrategias logró movilizar masivamente a la población y logró que de manera colectiva se construyera el monumento; fue una gesta cívica, sin duda, pero también, una acción pastoral que ayudó a construir la paz. El monumento hoy es memoria viva de la sangre que derramaron los cientos de miles de muertos de la violencia en Colombia en ese periodo histórico.
Así relata su construcción la Academia Caldense de Historia: El monumento a Cristo Rey fue construido por iniciativa del presbítero Antonio José Valencia Murillo, en una actitud de protección y súplica religiosa, con motivo de la cruda violencia que azotó a esta región a mediados del siglo XX. Después de los cruentos hechos del 9 de abril de 1948 en el país, la violencia partidista en las poblaciones aledañas al Valle del Risaralda fue atroz, así que un día cuando celebraba la misa se imaginó la obra y de inmediato empezó a darle forma a su anhelo. Ángel Arango, enterado de la visión del cura, le regaló el terreno. Se organizó la procesión que llegó al sitio escogido donde los asistentes juraron levantar en el Alto del Oso el grandioso monumento. Los vecinos se unieron y aportaron dinero y arrobas de café y detrás de la obra fueron amainando la tempestad de la violencia. (Academia Caldense de Historia, 2020)
Pero no fue el único monumento que se construyó en este periodo en Colombia, ni tampoco en el mundo. Realmente, la inspiración venía de la experiencia mexicana en torno al monumento a Cristo Rey en el Cerro del Cubilete, de 9 ms de altura, inaugurado el 9 de abril de 1920. Sin embargo, tres años después, el 11 enero de 1923 ante 80mil peregrinos el representante del Papa colocaría la primera piedra del segundo monumento, que sería bombardeado y destruido por el ejército mexicano desde una avioneta, siendo presidente de México el socialdemócrata Álvaro Obregón, del Partido Laboralista Mexicano, quien se caracterizó por iniciar la persecución religiosa; en su campaña él se había presentado como centrista-liberal (Aguilar Valdéz,, 2020)
Tres años después, en 1926, se desencadenaría una brutal guerra civil en México, conocida como la guerra de los Cristeros, o la Cristiada que se prolongaría hasta 1929, Se estima que en esta guerra murieron un máximo de 250mil personas. Hubo un segundo reavivamiento del conflicto entre 1934 y 1938 (Wikipedia, 2024) En esta guerra el grito de batalla fue “¡Viva Cristo rey!”. un año antes, el Papa Pío XI proclamaría la Encíclica Quas Primas, mediante la cual instituyó la Fiesta de Cristo Rey, que se celebra desde entonces el último domingo del tiempo ordinario, según la liturgia católica (el tercer domingo de noviembre, aunque puede variar según el año). La encíclica exhortaba las pueblo cristiano y a los gobernantes de los países en el mundo entero diciendo: “Nos anima, sin embargo, la dulce esperanza de que la fiesta anual de Cristo Rey impulse felizmente a lasociedad a volverse a nuestro amadísimo Salvador (…) Pero si los fieles todos comprenden que deben militar con infatigable esfuerzo bajo la bandera de Cristo Rey, entonces, inflamándose en el fuego del apostolado, se dedicarán a llevar a Dios de nuevo los rebeldes e ignorantes, y trabajarán animosos por mantener incólumes los derechos del Señor”. (Pío XI, 1925)
Ante ese llamado del Papa, las Iglesias en diversas naciones respondieron construyendo monumentos con la advocación a Cristo Rey. Uno de esos fue el Cristo Redentor, en Río de Janeiro en Brasil en 1931. También dos en España, En Palencia, el Cristo del Otero en 1930 y en Mallorca el Cristo Redentor en 1934. Uno más en Francia, en Houte-Savoie, el Cristo Rey en 1934. Le siguieron por lo menos cinco monumentos más a Cristo Rey en Colombia: el de Ocaña iniciado en 1933 y finalizado en 1935, el de Cúcuta entre 1946 y 1947, el de Villavicencio entre 1949 y 1947, el de Cali entre 1949 y 1953, y finalmente el de Belalcázar entre 1948 y 1954. Llama la atención que en Colombia se hubieran construido cinco estatuas a Cristo Rey en el lapso de siete años, y casi todas durante la década de los años 40´s y 50´s, justamente las dos décadas más álgidas de La Violencia. (Rivera Berrío, 2023, pág. 24)
Por el mismo periodo se construirían dos más, uno en Estados Unidos, pero en la zona fronteriza con México, en Nuevo México (1933-1939) y otro en Guanajuato, precisamente el que reemplazaría al monumento bombardeado, ahora en el Cerro del Cubilete, construido entre 1944 y 1950. El siguiente en la lista sería en Europa, en Lisboa, Portugal inaugurado en 1959 y finalmente el de Italia, en 1965, justamente en el mismo año en que se celebró del Concilio Vaticano II, para un total de 13 monumentos, o 14 si incluimos el que fue bombardeado. Pasarían casi dos décadas antes de que se inaugurara otras estatuas monumentales inspiradas en Cristo Rey, o en otras advocaciones similares; hoy se suman por lo menos 20 estatuas más, y existen proyectos para edificar otras nuevas (Rivera Berrío, 2025, pág. 26)

Sobre los gestores de la obra
Otro historiador local, Rogerio Marín Valencia, en su libro El Pueblo que yo conocí, Belalcázar, Caldas, relatará que al “presbítero Antonio José Valencia, le correspondió una buena cosecha de entierros, ya que le tocó en firme realizar muchos por consecuencia de la detestable violencia (…) Del padre Valencia escribió también que “según virtuosos de la música, es un tenor lírico, lector de música a primera vista. Estimuló el arte musical durante su permanencia en Belalcázar. Elegante para amenizar sus actos religiosos (…) En los establecimiento educativos enseñó solfeo e historia de la música. Ejecuta con gran propiedad el violín y en sus años juveniles fue activo practicante del buen fútbol. Construyó el monumento a Cristo Rey” (Marín Valencia , 1982, pág. 76)
El Padre Valencia inicia entonces una convocatoria en el pueblo para definir la imagen que se levantaría en el Cerro del Oso; Danilo Gallego relata “cuentan que el Padre Valencia comenzó a decir en misa que había que hacer un Cristo en el Alto del Oso, que la gente llevara que quería que se construyera, y donde ponen los avisos parroquiales, la gente ponía, una imagen de la virgen, de sagrado corazón de Jesús, etc., pero alguien le dijo que buscara en Pereira al Maestro Palomino, y así lo hizo” (Gallego, 2023) Finalmente, la propuesta seleccionada fue la del maestro Antonio Palomino; “a partir de la elección del terreno y con base en fotografías elabora el dibujo que semeja una toma aérea del monumento terminado. El proyecto genera discusión. El Padre Valencia arma el equipo encargado de construir el Cristo con el doctor Alfonso Hurtado Sarria (ingeniero), Libardo González (arquitecto), Antonio Palomino (artista) y don Francisco Hernández Jaramillo (Maestro de Obra) (Palomino Tobar, 2007, pág. 114)
El maestro Palomino era un artista destacado como pintor, escultor y restaurador, de imágenes religiosas. En 1944 fundó la Escuela de Bellas Artes bajo el auspicio de Jorge Ro Martínez cuando era director de la Sociedad de Mejoras de Pereira (…) En 2001 el municipio de Belalcázar le haría un reconocimiento como autor intelectual del boceto a Cristo Salvador de Belalcázar (resolución Número 168 de diciembre 29 de 2001 (Palomino Tobar, 2007, pág. 117)

