El Cristo Rey, en desde su fundación un parque público, a pesar de estar en un predio privado de la Iglesia Católica, y que, por décadas, quienes han llegado hasta éste lo han hecho para contemplar su amplísimas panorámicas, que permite apreciar un paisaje sin igual, tanto desde la explanada, o sea a la base del monumento, como desde el quinto piso que se convierte en un mirador excepcional.
Quienes suben buscando llegar al quinto piso, que resulta ser un mirador turístico privilegiado, desde el cual se pueden llegar a observar catorce municipios, dos parques nacionales, Los Nevados y Tatamá, los valles del río Cauca y del río Risaralda, además de las montañas profusamente cultivadas con los cafetales anclados a pronunciadas laderas, matizados por nubes que los cubren y descubren a lo largo del día. Los amaneceres y los atardeceres son bien especiales. Algo muy propio del ecosistema del Bosque de Niebla.
Los belalcázarita lo han utilizado desde siempre como un parque público, por eso allí se encuentran un restaurante y los puestos de comidas tradicionales como las solteritas, obleas y churros, junto con el carro del jugo de caña y el mango viche, alternados con el juego del brinca-brinca o el del carrito para niños con forma de jeep tradicional, todo acompañado de puestos de artesanías y recuerdos con temáticas religiosas o del paisaje cultural cafetero.
Ante este monumento se han dado cita los ciclistas de la Vuelta a Colombia, pero también moteros, cabalgatas, estudiantes, grupos familiares, etc., que desean en sus fotografías guardar un recuerdo de un lugar único en el mundo. Por ahora, el recorrido por la explanada y el ingreso a la capilla son libres, pero para el ingreso al monumento desde el segundo puesto se realiza un pago como aporte para el mantenimiento de este.
Panorámica del cañón del río Cauca, y de la cordillera central coronada por el Parque Nacional Natural Los Nevados, parcialmente visible por la nubosidad.