Reflexiones sobre la didáctica de las ciencias sociales

Análisis comprimido

El mundo contemporáneo transita por un tiempo de cambios vertiginosos. Las ciencias sociales, entendidas como uno de sus principales observadores analíticos, deben mantenerse a la par de esos cambios. Acondicionarse, ampliar su campo de estudios (interdisciplinariedad) y observar los fenómenos sociales con una óptica cada vez más detallada y rigurosa, es el fundamento inicial del texto que da título a esta publicación.  Para sintetizar la temática que aborda, podemos ajustarlo con la idea de Darwin que  plantea prioridad en la supervivencia, no para el más fuerte ni para el más inteligente, sino para quien mejor se adapte. Esa adaptación a las nuevas manifestaciones sociales contenidas en las sociedades posmodernas al igual que los planteamientos refrescantes que requiere la educación para su abordaje, es el fundamento e invitación que el texto hace a la escuela (profesores, alumnos y conocimiento) entendida como el escenario excepcional de interacción social e integración disciplinar. Desde este punto de vista, es lógico que se invite a los actores del escenario educativo a ser partícipes de esa transformación entendiendo las ciencias sociales como un sistema interrelacionado entre sí, reciproco y complementario, cuya demanda principal es la apropiación. La condensación de diferentes miradas epistemológicas (sociológica, histórica, antropológica, entre otras) sobre algún fenómeno social especifico, logra la unificación de conceptos teóricos, que más adelante, mediante la investigación, dará como resultado la apropiación de la teoría y formulación de planteamientos propios.

En líneas generales, la metodología investigativa contenida en las ciencias sociales asume un distanciamiento del camino lineal por contener sujetos y situaciones cambiantes. El método científico empleado en la investigación social debe hacerle el quite a la rigidez, es amigo de la flexibilidad siempre que ésta no transgreda los límites del marco teórico. (Véase: La trama interétnica. Anne Marie Losonnczy. 2006). Siempre que se hable de investigación social, es importante hallar el equilibrio disciplinar entre teoría (ciencias puras) y análisis de datos  (realidad). En  la exposición e interpretación de datos, la subjetividad juega un importante papel debido a que también el investigador es sujeto de investigación. Del grado de apropiación, formación y competencia del investigador, depende que esa subjetividad este atravesada  por un componente practico, útil, razonable y lo más fiel posible a la realidad contextual. Precisamente esa mirada global que durante el proceso de aprendizaje proporcionan las disciplinas en conjunto, evita la mirada fragmentaria de la realidad.

La importancia de la didáctica (enseñanza-aprendizaje) durante  la escuela, radica en el nivel relacional entre profesor, estudiante, entorno, currículo y conocimiento sobre una base pertinente  y coherente. La propuesta de educación programática de Paulo Freire, incluida aquí, tendría total afinidad.  El proceso incluye, más que el aspecto informativo, el formativo como agentes de cambio.  La competencia formativa abriga tanto al docente como al estudiante. Esto exige de una percepción, formación y visión integral en cuanto a prácticas pedagógicas docentes en comunión con la mirada holística del estudiante. En resumen, en lo que a la integralidad docente se refiere, el texto propone elementos como estos:

  • Valores propios y conocimientos disciplinarios
  • Conocimiento sincrónico del contexto
  • Contenidos curriculares pertinentes
  • Practicas pedagógicas incluyentes

 

Adicional a esto, cabe señalar la importancia de la rigurosidad ética en el docente, quien en ultimas es un modelo para los estudiantes. La ética de las convicciones no siempre está en sintonía con la ética de las responsabilidades. En el ámbito institucional es recurrente esta dicotomía; apelar al sentido común individual y profesional puede servirle al docente como vacuna contra la viruela del institucionalismo.

En materia de temáticas y metodologías, el texto hace dos precisiones sobresalientes que pueden hablar en consonancia con la Etnoeducación: una es el enfoque de las ciencias sociales en contextos particulares como resguardos indígenas y población vulnerable, y otra es la cobertura disciplinar en la labor docente, aquí evidente en el programa por alojar una amplia gama de elementos disciplinares, factor que puede prestarse a confusión y a una exploración apenas somera de cada disciplina sin ahondar lo suficiente para su completo aprovechamiento. Sobre esos dos aspectos pueden recaer problemas de orden curricular y formativo en perjuicio tanto de los estudiantes como del programa y de la comunidad misma.

Como epilogo, el texto deja el planteamiento de una  formación-visión  integral tanto en el docente como en el estudiante, la relación que ambos tienen con el conocimiento interdisciplinar en sentido hermenéutico. Implícitamente se invita a la participación del estudiante en la medida en que ponga una curiosa mirada epistemológica sobre su realidad, en que se indague sobre los fenómenos sociales que le tocan la piel. La apropiación de las ciencias sociales integrales tendría que dar origen a un activo agente de cambio.

Jose Hoyos.

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