SOÑAR Y NADA MÁS…

Rosa Segura

“El contexto histórico que enmarca este Plan Nacional de Desarrollo es diferente al de otras administraciones. Estamos frente a un optimismo auténtico en nuestro futuro, una confianza incomparable en las potencialidades del país y una imagen en el exterior que es claramente positiva. De ser percibidos en el mundo como un Estado fallido nos convertimos en una economía emergente, atractiva para la inversión y para el turismo. Pasamos además a formar parte, desde hace poco, de un selecto grupo de naciones, los CIVETS –Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto,

Turquía y Suráfrica–, percibidas en el planeta como economías con grandes expectativas de crecimiento para las próximas décadas. Adicionalmente, hemos iniciado el proceso para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); algo impensable hace tan sólo unos años.

 Si bien todavía enfrentamos grandes retos como los de consolidar la seguridad, disminuir el desempleo, eliminar la pobreza, y enfrentar los desafíos del cambio climático, es indudable que hemos sobrepasado unas barreras que parecían inquebrantables hace unos años, y el camino hacia la prosperidad, no obstante difícil, parece ahora más despejado en el contexto histórico del país.

En este camino hacia la prosperidad, es indiscutible que así como unas barreras se van superando, otros obstáculos van apareciendo. En este sentido, una barrera que su puso al frente del país y que obligó a modificar la visión de Gobierno y a adaptar, reformular y reforzar componentes esenciales del Plan Nacional de Desarrollo, es la fuerte ola invernal que azotó a gran parte del territorio desde la segunda mitad de 2010, y que ha dejado consecuencias devastadoras sobre la población y las actividades económicas.

Ahora bien, más que un desafío, la emergencia invernal representa una oportunidad. La oportunidad de mejorar las condiciones de vida de las familias afectadas, de generar empleo, inversión y crecimiento con las obras de rehabilitación y reconstrucción, y de adelantar los proyectos de inversión y ajustes institucionales y normativos necesarios para que las consecuencias del cambio climático, y el riesgo de desastres, en los próximos años y para las próximas generaciones se puedan prevenir, mitigar, o al menos reducir.

Dada esta coyuntura, es evidente que nos encontramos en un momento especial de nuestra historia que no podemos desaprovechar. Estamos ante la oportunidad de superar adversidades comunes y recientes, empinarnos por encima de la inercia, y proponer y encarrilar al país hacia la prosperidad democrática. Una circunstancia que nos permite soñar con dar ese gran salto que nos dé la entrada, en un futuro no muy lejano, al selecto club de los países desarrollados.

El sueño de un país seguro y en paz, con bajos índices de pobreza y con una población educada y trabajando.

El sueño de un país con empresas pujantes, social y ambientalmente responsables, que conquistan los mercados internacionales con bienes y servicios de alto valor agregado e innovación. Un país integrado a la economía mundial con una infraestructura y un entorno de competitividad que transforma las ideas en negocios, los negocios en empleo, el empleo en más ingresos, y por ende, en menor pobreza y mayor bienestar y progreso social.

Un país que confía y siente orgullo por las instituciones del Estado. Unas instituciones guiadas bajo los postulados del Buen Gobierno que cumplen a cabalidad compromisos ineludibles de gestión pública como la transparencia, la equidad, el pluralismo, la eficiencia, la eficacia, la austeridad, y la intolerancia absoluta con la corrupción. “  (Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2010 -2014: PROSPERIDAD PARA TODOS).

Esta primera página que se presenta de las Bases para el plan Nacional de Desarrollo nos dejan sin palabras, perplejos ante tanta ingenuidad; inmediatamente nos pone a pensar qué clase de profesionales escriben esta plan o a cuál población va dirigido este plan; quizás a los afganos que no deben saber dónde diablos queda Colombia. Empecemos viendo el último párrafo, “Un país que confía y siente orgullo por las instituciones del Estado”.  Miremos lo parroquial que es un reflejo de lo Nacional;  en la UTP el Honorable Consejo Superior en un Acuerdo del pasado mes de febrero suprimió vacantes oficiales:

“ ACUERDO No. 08 SUPRIME VACANTES OFICIALES  

Que ha sido una política administrativa abstenerse de proveer las vacantes de cargos desempeñados por trabajadores oficiales que se han ido jubilando y la misma ha dado buenos resultados institucionales en términos de eficacia del servicio y de destinación de recursos a las labores misionales de docencia, investigación y extensión.

Que a la fecha, se han jubilado los siguientes trabajadores oficiales cuyos cargos no se han provisto y se requiere su supresión de la planta de personal dado que tales necesidades se han cubierto con entidades especializadas en dichos servicios dentro de la política pública de flexibilización laboral y ajuste de las estructuras estatales. Son ellos …”

Los trabajadores están orgullosos de esta institución estatal que recurre a empresas especializadas en explotar trabajadores de servicios varios, que flexibilizando  los contratos a destajo prestan un servicio eficaz a la UTP y de contera le ahorra a la institución unos millones para que sean dedicados a las labores misionales de docencia,  investigación y extensión.  Este ahorro ha servido para que las vacantes de docentes que se van jubilando sean  llenadas con la prontitud, a pesar de este esfuerzo que hace la Institución todavía permanecen 60 vacantes sin llenar. Perdón 61, verdad que el profesor Miguel Álvarez Álvarez  se jubiló el pasado mes de enero; de igual forma ese ahorro ha servido para que las matriculas de los estudiantes de postgrado sean subsidiadas por  la UTP y además la investigación creció gracias a que se optó por la política administrativa de abstenerse de proveer las vacantes de dichos cargos.

Sin lugar a dudas esos argumentos son de dudosa credibilidad, porque también ha sido una política administrativa la de abstenerse de proveer los cargos de docentes de planta que se han jubilado en los últimos cinco años, claro se han cubierto con docentes por horas que hace parte de la política pública de flexibilización laboral y ajuste de las estructuras estatales.

El señor Rector de la UTP parece que no leyó el Plan Nacional de Desarrollo PROPSPERIDAD PARA TODOS  2010  – 2014. En este Plan se afirma que se luchará por el empleo digno, estable y  que la política de flexibilización laboral y de las cooperativas asociadas de empleo  hacen parte de la política Uribista anterior. El Vicepresidente Angelino Garzón afirmó que luchará contra  la tercerización del empleo y que no permitirá en las instituciones estatales estas aberraciones, que el gobierno debe dar ejemplo de honestidad, equidad y transparencia. En otras universidades, Valle  y  Cauca por ejemplo, se han llenado las vacantes y se han nombrado en propiedad varios cargos de trabajadores y docentes. Tenemos que afirmar que es la administración del Ingeniero Luis Enrique Arango la que impulsa las políticas que van en contra de docentes y trabajadores. Basta ver el premio que le da a quien propuso en el Consejo Superior que se permitieran docentes de cátedra de 28 horas semanales, incluso hay docentes con cuatro asignaturas diferentes que son explotados en diferentes modalidades; además,  le acomodó  la democracia y las elecciones  a su antojo. Evidentemente se fortaleció la democracia burguesa, vean ustedes como esa respetadísima institución de Ex Rectores, que se reúnen bimensualmente a discutir el rumbo de la UTP, no han podido cambiar su representante en los últimos diez años.  

Será acaso que el Plan Nacional de Desarrollo es otro engaño más de la mal llamada burguesía nacional?. Que las cosas van a ser peor que antes, que ahora el engaño será usando palabras bonitas para que no veamos la verdad, ¿cuál verdad? Que somos esclavos de un sistema al cual sólo le importa una cosa LA GANANCIA .  Que el señor  Luis Enrique Arango lo único que hace es cumplir bien el papel de privatizador de la Universidad Pública. No hablemos de nivel académico que ya casi competimos con las “eficientes” universidades privadas.

Soñar y nada más es lo que hacen los filósofos de PND cuando  afirman que  vamos, en unos años,   a entrar al selecto grupo de los llamados países desarrollados. Por allá en la página 160 del PND presentan las cifras de la inversión en Investigación y Desarrollo (I D) y comparan a Colombia con Finlandia, el primero invierte el 0.2% del PIB para este menester y el segundo invierte el 3.2%, 16 veces más invierte Finlandia que Colombia en I D, en este estudio no presentan las cifras de cuántas veces más  es el PIB de Finlandia con  respecto a Colombia.  Debemos reducir los índices de NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas) que hoy promedian en un 28%, alcanzando en las regiones más pobres el 78%; de igual manera debemos mejorar la calidad de la educación,  los países que pertenecen al OCDE se encuentran ubicados en los primeros treinta puestos de las pruebas PISA, mientras que Colombia está en los últimos diez.

Si consolidamos la paz, la democracia, si acabamos con el flagelo de la corrupción y logramos crecer ECONOMICAMENTE de manera continua, si nuestros productos son altamente competitivos, si acabamos con el flagelo de la pobreza y el desempleo.  Es probable que logremos PROSPERIDAD PARA TODOS. Ah se me olvidaba aplicando la máxima de “el mercado hasta donde sea posible y el estado hasta donde sea necesario”que tantas veces repite el PND. El mercado nos salvará.

Desde la base nos oponemos al acuerdo 08 del Consejo Superior  de la UTP.

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