Apenas dos días después de la prohibición de todos los nuevos hoteles de su centro de la ciudad, Barcelona está escalando su guerra en el turismo. La alcaldesa Ada Colau presentó su Plan Estratégico para el Turismo 2020, que incluye medidas que, según ella, seguirán frenando el turismo y recuperando la ciudad para sus habitantes.
Barcelona tiene una población de 1,6 millones, y recibió 32 millones de visitantes el año pasado. El turismo representa una porción significativa de la economía de la ciudad -14% pero los malos efectos sobre los residentes permanentes de ser un destino turístico como están empezando a amontonarse. La industria del turismo empuja hacia fuera las tiendas locales en el centro de la ciudad para hacer el sitio para los bares suaves y las compras del turista. El empleo es temporal y casual un problema serio en un país con una tasa de desempleo de alrededor del 43% para los jóvenes y los precios de la propiedad siguen aumentando, junto con los costos de alquiler, lo que hace casi imposible que los residentes encuentren vivienda asequible.
El objetivo del nuevo plan es «gobernar el turismo», según El País. Colau busca frenar los peores excesos de la industria, y controlar estrictamente los que permite permanecer en su lugar. En un esfuerzo por amortiguar el mercado de alquiler a corto plazo, Barcelona aplicará ahora la tasa impositiva más alta a los apartamentos vacacionales, y la ciudad no proporcionará licencias para nuevos apartamentos turísticos. El ayuntamiento también está pidiendo permiso al gobierno catalán para regular el alquiler de habitaciones en alojamientos no hoteleros, como los bed and breakfast, lo que permitiría a la ciudad dictar cuántas habitaciones hay disponibles por piso o cuánto del año esas habitaciones Podría ser alquilado.