Es grande la ilusión de centenares de nuevos estudiantes de la Universidad Tecnológica de Pereira. La expectativa natural de los primíparos se respira desde ya en los pasillos de Registro y Control, la inocencia de los recién llegados aflora en sus rostros, las niñas con sus mejores «pintas», siempre acompañadas, se pasean por las Facultades de la Universidad y los jóvenes, tratando de pasar por veteranos, muestran esa primiparada que no se puede esconder. Pero no fantan aquellos personajes que ya hacen parte del paisaje de la universidad, que han visto pasar varias generaciones de universitarios, y ellos allí. Aquellos que empiezan a calificar y descalificar a los maestros, creando un ambiente de terror en los noveles habitantes de la «U»
La juventud del naciente grupo de universitarios es la característica principal. Hacer frente a un puñado de maestros es el reto más difil ya que se encontrarán con aquellos entregados a su labor docente, comprometidos con la formación de sus alumnos, llenos de amor por su oficio y con la responsabilidad a sus espaldas de saber que estos muchachos tienen toda su confianza puesta en ellos. Pero también hallarán maestros con la doble moral en la frente, aquellos que engañan a sus estudiantes, aquellos que con su torpeza frustran cualquier iniciativa del recien ingresado, aquellos que maltratan a sus alumnos y los minimizan hasta hacerlos desistir de sus propósitos.
Pero independientemente de todo lo que pueda suceder, BIENVENIDOS A LA VIDA UNIVERSITARIA, hagan valer sus derechos, luchen por calidad y exijan a sus profesores al máximo, no traguen entero.
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